J. M. L.
Martes, 24 de octubre 2023, 00:32
La alcaldesa de Paterna del Madera (Albacete), Rocío García Torres, del PP, no solo trabaja como alcaldesa. También es profesora de inglés en el instituto de secundaria de Alcaraz, en las misma provincia, y ha comenzado a impartir clases particulares de este idioma a escolares ... de su pueblo. Clases de refuerzo gratis porque ha comprobado que los críos «tienen muchas carencias», reconoce la alcaldesa de este municipio, con 350 habitantes censados. «En el pueblo nadie más puede ayudarlos con el inglés», explica Rocío García.
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Para recibir clases particulares tendrían que desplazarse a municipios cercanos como Alcaraz, a 15 kilómetros y con una carretera en pésimas condiciones, Bogarra -a la misma distancia-, o bien a la ciudad de Albacete, a una hora de camino por carretera. Por eso, la alcaldesa ha decidido dedicar dos tardes a la semana -una hora cada día- para ayudar a los estudiantes de su localidad que tienen problemas en el aprendizaje de la lengua de Shakespeare.
«Lo hago porque me apetece y, por supuesto, sin ningún afán económico», dice esta alcaldesa, que empieza impartiendo esta enseñanza de refuerzo a 13 alumnos de diversas edades. «Espero que se apunte alguno más porque en Paterna del Madera tenemos a nueve niños escolarizados en el colegio y a once estudiantes en el instituto». Paterna del Madera es otro pueblo de la España vacía que lucha por evitar que el problema de la despoblación vaya a más y que sueña con atraer a nuevos vecinos. «Para los niños hay pocos recursos en el pueblo y la situación laboral no es buena, pero el pueblo está reviviendo poco a poco y la gente está implicándose para hacer cosas nuevas», cuenta la alcaldesa, regidora de un pueblo que destaca por su riqueza maderera.
«Tenemos paisajes espectaculares y la mejor madera de la provincia y por eso debemos aprender a explotarlo como recurso. En breve una empresa de pellet va a instalarse en el pueblo y va a crear seis empleos, que es bastante aquí, y tenemos el proyecto de montar una astilladora que trabaje la madera que extraemos del bosque», relata Rocío, que también quiere potenciar el turismo local con la apertura de más casas rurales, a las que bonificará con el fin de que paguen menos en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
«Nuestro objetivo es organizar actividades un fin de semana al mes para que el pueblo se llene», anuncia la alcaldesa de este pueblo, que llegó a contar con 1.926 habitantes en la década de los 50 del siglo pasado y que hoy contabiliza 350 vecinos censados, aunque apenas unos 150 lo habitan a diario. Rocío García no percibe compensación económica por su cargo y ha renunciado a cobrar dietas o kilometraje por desplazamiento.
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