Albarracín agranda el mapa de Aragón

El conflicto territorial viene de muy lejos, del siglo XIX, pero ha sido ahora cuando, a petición de los ayuntamientos de Albarracín y Cuenca, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha resuelto a favor del primero, si bien los conquenses han anunciado que recurrirán la decisión.

«Estoy muy contento con el dictamen porque nos da la razón en nuestras reivindicaciones», cuenta este martes Daniel Úbeda, de 29 años, que se estrenó el pasado junio como alcalde de Albarracín por el Partido Aragonés (PAR).

Los conquenses siempre han defendido que sea el río Tajo, que discurre entre ambos territorios, el que señale el límite administrativo entre los términos municipales de Albarracín y Cuenca capital, mientras que los turolenses llevan años esgrimiendo que la delimitación coincida con un monte de utilidad pública conocido como El Entredicho, lo que da una idea del recelo entre las partes. El monte, de gran valor ecológico, es propiedad de Albarracín, algo que Cuenca no cuestiona, pero sí que marque la divisoria.

Tras casi dos siglos de desencuentros y a la vista de que en las últimas décadas tampoco lograban ponerse de acuerdo, los dos ayuntamientos implicados acordaron en 2022 recurrir a la mediación del IGN, que en su dictamen propone situar el deslinde donde propone Albarracín, y no en el curso natural del Tajo, como defiende Cuenca.

Para emitir su resolución, el IGN, dependiente del Ministerio de Transportes, ha tenido en cuenta «la jurisprudencia del Tribunal Supremo y los dictámenes del Consejo de Estado» y de acuerdo con ello argumenta que Albarracín «ha podido demostrar el ejercicio de la jurisdicción en los terrenos en litigio sin contestación por parte del municipio de Cuenca». Con todo, el alcalde de la ciudad de las Casas Colgantes, el socialista Darío Dolz, ha anunciado que presentará alegaciones al informe.

La franja motivo de la pelotera es un área forestal de 12,8 kilómetros de largo y una anchura máxima de 1,8 kilómetros (algo más de dos mil hectáreas), y es conocida por su riqueza micológica, maderera, apícola, en pastos y cinegética.

Con esta incorporación, Albarracín pasaría de 452 a 472 kilómetros cuadrados y agrandaría su superficie en un 5%. Pero como el enclave de la discordia marca el límite entre dos comunidades autónomas, la decisión final de dónde trazar la raya podría recaer en el Consejo de Ministros.

En todo caso expertos de la Sociedad Geográfica Española creen que la resolución final «va para largo» y recuerdan que el informe del IGN «no es vinculante», y que tarde o temprano tendrá que intervenir el Ministerio de Política Territorial, el competente en administración local, que podría resolver de manera contraria al informe del IGN. «Contra esa resolución, se podrá presentar recurso contencioso, y posteriormente de casación ante el Supremo, que es lo que hará uno u otro ayuntamiento», pronostican los geógrafos consultados. «Lo interesante», destacan, «es que hay un informe científico-técnico que considera más adecuado que el deslinde municipal (y autonómico) se realice con la parcela de monte de utilidad pública (que es fijo), y no con el río Tajo, cuyo curso varía por razones tectónicas, de erosión o por otras causas».

El dictamen del IGN ha dejado otro daño colateral en Fuentes de Ebro, una localidad de la provincia de Zaragoza, de unos 4.500 habitantes. Allí llevan «muy» a gala ser el punto exacto donde se ubica el centro geográfico de Aragón. Pero si el mapa se mueve perderán este honor, que en el pueblo han plasmado en un monolito convertido en toda una atracción turística y que muestran con orgullo al visitante para subrayar este hecho singular y diferencial que los hace únicos en Aragón.