El aguilucho cenizo, elegida ave del año 2023 por SEO/Birdlife

Muy ligada a las grandes extensiones agrícolas de trigo y cebada, donde instala los nidos y elimina de los cultivos ingentes cantidades de topillos, ratones y langostas, que constituyen sus presas habituales, el aguilucho cenizo presenta un alarmante declive en sus poblaciones por la intensificación agraria, particularmente la destrucción de nidos y polluelos por las cosechadoras.

El uso generalizado de plaguicidas (lo que disminuye el número de presas), las cosechas más tempranas, el aumento de cultivos leñosos y la eliminación de linderos y barbechos también afectan a la especie. De hecho, en España cuenta con entre 4.300 y 5.300 parejas, según el último censo realizado por SEO/Birdlife, lo que supone un declive de entre el 23% y el 27% en solo diez años.

Llamada así por el color gris ceniza en el dorso que luce el macho -de un tamaño considerablemente menor que el de la hembra-, el aguilucho cenizo toma el relevo al alzacola rojizo, ave de 2022. Curiosamente ese año la elegida en este quedó en segunda posición.

Hasta hoy, 33 especies han sido elegidas Ave del Año por su declive poblacional o por sus amenazas de conservación. Tras un proceso de votación abierta y participativa, el aguilucho cenizo recibió 3.187 votos, seguido del alimoche común con 2.355 y la ganga ibérica con 2.105.

El aguilucho cenizo, catalogada como especie vulnerable en España, es un buen representante del valor ecológico de los ambientes agrarios cerealistas donde habita. Pocas rapaces hay tan ligadas a las actividades humanas como el grácil aguilucho cenizo, una especie que, en España, depende estrechamente de las grandes extensiones cultivadas de cereal, lo que ha sido subrayado por SEO/BirdLife.

«A través de esta especie vamos a concienciar a los políticos, a los agricultores y a la ciudadanía en general de la importancia de conservar nuestros campos con vida. Para el aguilucho cenizo es necesario encontrar soluciones conjuntas que eviten la destrucción de nidos durante la época de siega y aseguren el mantenimiento y apoyo a los sistemas de explotación agrícolas más respetuosos con la biodiversidad. Debemos garantizar políticas y ayudas que conserven a los aguiluchos y a los agricultores que los tienen en sus tierras«, asegura Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.

Y añade: «Esta especie representa algo extremadamente importante: la protección legal de una especie no es suficiente. El mensaje que nos lanza el aguilucho cenizo es que no basta con proteger, hace falta actuar para conservar. Y que conservar es una oportunidad para asegurar el futuro de las comunidades locales que viven en, de y por el campo».

Esta rapaz migratoria, que pasa los inviernos en África, se puede ver por la península ibérica sobrevolando los amplios campos abiertos desde primavera hasta finales del verano.

Según los datos el último censo estatal, España constituye el país de Europa occidental más importante para la especie a nivel numérico, seguido por Francia, con 3.800-5.100 parejas, o Polonia, con entre 3.000-4.000 parejas. «Por lo tanto, España tiene una gran responsabilidad en la conservación de esta especie a escala global y debe actuar en consecuencia», apunta la organización conservacionista.

Dentro de su área de distribución los mayores declives se han observado en Galicia, Andalucía, Extremadura, Madrid o Euskadi. En general se observa un fuerte y generalizado descenso en la mitad occidental del territorio donde habita esta especie