«Acerté a pronosticar hace años la erupción, pero no soy un chamán»

-Atinó al pronosticar una erupción en Cumbre Vieja. ¿En que se basó para realizar la predicción?

-No soy un chamán, soy simplemente un geólogo que ha trabajado sesenta años en el campo de la vulcanología. Seguí el principio fundamental en geología de que el futuro reproduce el pasado. Analicé las erupciones que hubo en el archipiélago y observé que la mayor concentración de acontecimientos volcánicos existió precisamente en Cumbre Vieja, donde hasta ahora se han producido ocho erupciones. Me basé en posibilidades y datos científicos. Cualquier investigador con conocimientos hubiera llegado a la misma conclusión.

-¿Cuál sería el peor escenario en la actual erupción?

-El de ahora porque la gente se está quedando sin casa. La lava va cargada de gases que cuando entran en contacto con el agua generan pequeñas gotitas de ácido sulfúrico en forma de aerosoles. Estos queman las plantas y son nocivos para la respiración, pues atacan mucosas, además de los ojos y la garganta. En función de la dirección del viento puede llegar a zonas habitadas. Lo bueno es que ahora todo el mundo lleva mascarilla y está protegido.

-¿Es peor esta erupción que la del Teneguía, de 1971, o la del San Juan, en 1949?

-En comparación con las otras, esta ha sido de una magnitud mayor, a la vez que muy espectacular. La lava, al desplazarse sobre coladas antiguas ya solidificadas, no se ha encajonado en barrancos, sino que se ha movido en un terreno llano y con un frente mucho más amplio, donde había población y explotaciones plataneras. Está haciendo un daño muy superior a cualquier otra erupción que ha habido en la isla. El Teneguía no afectó a ninguna vivienda y llegó rápidamente a la costa. Comparado con el de ahora, el Teneguía fue como una erupción de juguete.

-¿Por qué se ha ralentizado el avance de la colada?

-La lava es un material que al enfriarse se vuelve viscoso, de manera que discurre más lentamente. Si una corriente se detiene, lo que ocurre es que la que viene detrás la sobrepasa.

-¿Seguirá la lava el mismo camino ya trazado?

-Es un fluido, por lo tanto va pendiente abajo. Si no se abren nuevas bocas lejos de las actuales, lo normal es que la lava discurra por un curso bastante parecido.

-¿El mar puede ser un elemento de contención?

-Al ponerse en contacto con el mar, la lava se compacta y crea un delta, de suerte que la corriente acabará deteniéndose. Como la profundidad del océano aumenta muy rápidamente al alejarse de la costa, el volumen de lava necesaria para que una plataforma emerja será progresivamente mayor. Es muy improbable que se genere una plataforma muy grande.

-¿Qué ocurrirá desde un punto de vista geológico cuando deje de manar la lava?

-Cambiará la topografía del terreno, se formarán nuevos conos volcánicos y malpaíses, que consisten en grandes extensiones de rocas. Es así como crecen estas islas, sobre todo La Palma y El Hierro.

-En el año 2001, dos investigadores alertaron del riesgo de que una erupción en la zona de Cumbre Vieja originara un desprendimiento colosal de tierra que daría lugar a un megatsunami. ¿Exageraban?

-Eran puras especulaciones. Esos científicos trabajaban para un grupo de aseguradoras americanas y conjeturaban en términos muy interesados sobre las consecuencias que podría tener una erupción en la costa atlántica de Estados Unidos, donde al menos están radicadas siete centrales nucleares.