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Álvaro Soto
Martes, 14 de febrero 2017, 13:43
La crisis ha abierto aún más en España la brecha de la desigualdad, y las principales víctimas están siendo los niños de familias pobres. Los hijos de familias con menos recursos se han depauperado cinco veces más desde el 2008 que los más ricos (el ... 32% frente al 6%) y en conjunto, las familias ricas tienen siete veces más renta que las pobres, según el informe Desheredados, presentado este martes por Save the Children. En los últimos ocho años, el número de niños en situación de pobreza severa ha aumentado en 424.000 y en este grupo de edad, la desigualdad ha crecido el 3,3%, más que en cualquier otra cohorte.
Una familia que vive en una situación de pobreza relativa es la que tiene ingresos por debajo del 60% de la mediana nacional. En el caso de dos padres y dos hijos, serían 1.401,9 euros al mes. Pobreza severa la sufriría la familia que tiene ingresos por debajo del 40% de la mediana: en el mismo supuesto de dos padres y dos hijos, 934 euros al mes.
Pese a los datos que indican que España está saliendo de la crisis, la ONG denuncia que la desigualdad continúa aumentando. La recuperación económica no resuelve por sí solo el problema de la pobreza si no va acompañada de políticas que fomenten la igualdad social. Podemos encontrarnos con la paradoja de que haya más PIB y a la vez más inequidad, señala Andrés Conde, director general de Save the Children. Actualmente, el índice de GINI, que mide la desigualdad, ha aumentado en España el 7,1% en los últimos años, mientras que en el mismo periodo, en otros países, como Reino Unido, ha disminuido. En este caso, las causas hay que buscarlas en la falta de medidas políticas orientadas a la equidad. La capacidad redistributiva en España es mucho menor que en los países de nuestro entorno. Con su fiscalidad y sus políticas de transferencia, Suecia es capaz de disminuir la pobreza en un 52%; la media de la UE, en un 40%, y en España, solo la reducimos en el 32%, explica Conde. A su juicio, nuestro sistema fiscal es muy poco progresivo y nuestras transferencias sociales principales, las pensiones y por desempleo, tienen muy poca capacidad de reducir la desigualdad.
Los autores del estudio destacan que los niños pobres tienen hasta el 80% de posibilidades de ser pobres en la edad adulta. La pobreza se hereda, resalta el director ejecutivo de Save the Children. Las privaciones que ha sufrido un niño no se pueden compensar en el futuro y muy probablemente, un niño que ahora es pobre será un adulto que necesite ayuda del Estado, agrega.
Desde la entidad señalan cinco ámbitos en los que se debe poner el acento para reducir la pobreza infantil: el empleo de calidad (está creciendo el número de trabajadores pobres); la protección social (solo el 33% de los niños en situación de pobreza recibe ayuda); la vivienda (la mitad de las familias con pocos recursos utiliza más del 40% de sus ingresos para gastos del hogar y solo quedan 141 euros para los niños); la sanidad (el 33% de los niños pobres sufre obesidad); y la educación (su tasa de abandono prematuro es del 33%, frente al 5% en los niños ricos).
Entre las soluciones concretas, Save the Children propone poner más énfasis en las políticas de empleo y en los itinerarios personalizados en la búsqueda de trabajo; una oferta pública de alquileres asequibles, un bono social contra la pobreza energética y soluciones habitacionales para los desahuciados; una prestación social por hijo a cargo (un millón de niños que están bajo el umbral de la pobreza no reciben nada o solo 25 euros); y dotar a las familias monoparentales, las que más están sufriendo la crisis, del mismo estatus que a las familias numerosas.
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