Verdeliss, la madre que parió en YouTube

"Trasmitir la maternidad desde una visión personal y no profesional era necesario para sentirnos identificadas", aunque Estefanía, a sus 30 años, insiste en dejar claro que no está para dar una lección de nada. "Estoy para compartir y crear tribu, cada una con sus más y sus menos. Cada uno tiene sus particularidades, no hay un dogma que pueda ser único". Su generosidad es tal que no tiene reparos en mostrar una situación tan íntima como es un parto. El de su hijo Julen supera de largo las 10.000.000 de visualizaciones. "Todo radica en el concepto que tiene cada uno de la privacidad. El parto es algo muy natural que corresponde a nuestra especie. Yo no lo veo como un tabú, todo lo contrario. Hace levantar muchas emociones, especialmente entre las personas que ya lo hemos vivido".

Su curiosidad por la maternidad y una necesidad de concienciar sobre ello le llevó a formarse como doula el año pasado. "Lo hice como un crecimiento espiritual, tenía abandonado el tema emocional, no lo hice para ejercer como doula. El postparto de julen (su cuarto hijo) fue buenísimo, pero me dejó una sensación de no aceptación, que todo tiene que ser perfecto y maravilloso. Considero que es una función muy bonita si es bien empleada y no es contradictoria a la matrona, es complementaria".

"Nuestra vida gira en torno a nuestros hijos"

Ejercía de auxiliar de enfermería hasta que hace dos años llegó a Pamplona y se volcó en su familia. "Tendría que hacer malabarismos para trabajar y cuidar de mis seis hijos". Pese a los rumores, aclara que, a excepción de su marido, Aritz, no tiene ningún tipo de ayuda. "Me cuesta muchísimo delegar. Para pedir ayuda a un familiar tiene que ser una situación extrema, que no tenga otro recurso". También dejó de lado el deporte. "Ahora mismo me rompería al hacer una flexión", confiesa entre risas, aunque aclara que no hay "mejor entrenador personal que el trote al que me llevan los niños. Es una maratón diaria".

Una serie de sacrificios con los que se muestra totalmente satisfecha. "Tenemos seis hijos, es algo que elegimos nosotros, concienciándonos. A otros les puede parecer una locura, pero es cuestión de organizarse. Nuestra vida gira en torno a nuestros hijos y nuestro tiempo es exclusivamente para ellos". Una situación que califica de "enriquecedora y muy gratificante".

Cabía esperar que vienese de familia. Estefanía tiene siete hermanos y Aritz, cinco. "Siempre hemos tenido muy claro que queríamos ser una familia numerosa. Mi madre era profesora y se encargaba de su casa y de nosotros. Eso sí tenía mérito. Me preguntaban constantemente si eramos del Opus, y no, no lo somos".

Interrogada por un aumento de la familia, dice que el hecho de tener gemelos "ha superado" sus expectativas. "Antes teníamos sensación de que nuestra familia estaba incompleta, ahora mismo no nos lo planteamos, pero no digo de esta agua no beberé", explica con rotundidad. Ante la estupefacción de sus palabras aclara que lo que te hace sentir cansado es el agotamiento emocional, no el físico. "Se me hizo más difícil llevar un solo hijo que a cuatro por el desconocimiento, por hacer un drama innecesario de las cosas, pero no se te puede enseñar a no preocuparte".