Secciones
Servicios
Destacamos
Álvaro Soto
Jueves, 21 de abril 2016, 14:05
En España, 133 personas por cada 100.000 habitantes están presas, el 31,68% más que en los 15 países occidentales de la Unión Europea, donde el número de internos ante la misma proporción de población es de 101. Y eso que la tasa de ... delito es 27 puntos inferior en España (44,7 delitos por mil habitantes frente a 61,3) respecto a los países de su entorno. ¿Por qué entonces esta diferencia?
La Red de Entidades Sociales del Entorno Penitenciario (Rosep) ha presentado este jueves su Estudio de la realidad penal y penitenciaria. Analizando la legislación penal y penitenciaria española, la principal conclusión es que la diferencia entre el número de presos en España y en la Unión Europea se debe al crecimiento de la duración de las penas de cárcel. La legislación española se ha endurecido en los últimos 20 años y se ha hecho más difícil acceder a beneficios como la libertad condicional o el tercer grado, explica Jorge Ollero, coordinador jurídico de la Federación Andaluza Enlace, una de las asociaciones que participa en Rosep. Según los datos de esta entidad, que agrupa a 60 organizaciones de todo el país dedicadas a la atención a los encarcelados, la duración de las penas de prisión en España es más del doble que la media europea y nueve veces superior a la de Dinamarca. En España, el tiempo medio de condena se sitúa en los 18 meses, frente a los 7,1 de los 15 y a los 2,4 de Dinamarca.
El estudio sostiene que si España tuviera una tasa de encarcelamiento acorde a su índice de criminalidad y a la Unión Europea, la población penitenciaria debería ser la mitad de que hay actualmente: tendría que pasar de 61.614 internos a 30.769.
En este punto chocan la percepción de la ciudadanía (como reconoce la propia asociación), que en su mayoría cree que la ley es blanda y que los delitos no son castigados de manera severa, con las cifras reales. Es posible reducir el número de personas encarceladas sin que aumente la criminalidad ni la alarma social, explica Ollero, que cuenta que, de hecho, en los últimos seis años el número de encarcelados se ha reducido en 14.000 personas. Pero habría que desarrollar políticas alternativas a la prisión, de carácter social, terapéutico, restaurativo y comunitario para los delitos más comunes.
Y es que el 65% de los presos españoles están entre rejas por delitos relacionados con el tráfico de drogas y un 25% de los internos sufre trastornos de salud mental. Las actuaciones más necesarias son las preventivas y las que hay que desarrollar dentro de la cárcel para ayudarles en su vuelta a la sociedad, corrobora Juan Carlos Jiménez, coordinador del programa Privados de libertad de la Fundación ADSIS.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.