'El conejito' que ayuda a dormir

'El conejito que quiere dormirse' (editorial Beascoa), de Carl-Johan Forssén Ehrlin, tiene un argumento de lo más sencillo: un conejo, Carlitos, con ganas de dormir pero al que le resulta muy complicado hacerlo. Algo que a más de un padre le suena... y hasta le produce dolor de cabeza. La novedad de esta obra radica no en la temática ni en los personajes (solo cinco), sino en que incluye innovadoras técnicas psicológicas entretejidas a lo largo de la trama y que invitan al pequeño, consciente e incoscientemente, a relajarse y conciliar el sueño.

"Es una psicología bastante básica: crear una conexión con el niño y mantener su atención a lo largo de la historia. Le brindas un objetivo, que es el de relajarse y quedarse dormido y la historia le ayuda poco a poco a conseguirlo", explica el autor, un científico conductual sueco al que la trama le surgió "en un segundo", poco después de convertirse en padre, mientras viajaba en coche. Su madre apuntó el argumento y todos los personajes, pero después invirtió más de tres años en darle forma hasta conseguir incorporar todos los recursos que conocía.

El objetivo central es claro: tratar que el niño se relaje. Y para ello el autor usa unas determinadas frases, que se repiten a lo largo de las apenas 30 páginas de cuento, y enfatiza algunas palabras. Todo ello para que el niño pueda adentrarse en la historia y se sienta identificado con ella. Así, "a medida que el conejito se siente más y más cansado, el lector incoscientemente también lo hace", explica el escritor.

¿Y cómo leerlo?

Pese a lo que pueda parecer, no hay una única forma correcta de leer el libro: se trata de que los padres se adapten y sigan las instrucciones que se les da al inicio (como bostezar cuando así se lo indiquen o introducir el nombre del niño para que se implique completamente), aunque pueden modificar lo que vean necesario. "Cuando realmente se meten en la historia, e incluso la interpretan, funciona mucho mejor", asegura el sueco, que explica que aunque en un principio fue concebido para niños a partir de dos años y medio, se ha comprobado su éxito hasta en bebés de ocho meses.

La pregunta ahora será: ¿conseguirá este escritor resolver un problema frecuente en muchas de las casas donde habitan menores? ¿Desbancará al doctor Estivill como libro de cabecera de los padres novatos? Forssén ha criticado el método Estivill, asegurando que lo probó con su propio hijo pero que no le pareció "acertado" porque se sentía como si estuviese "abandonándolo de alguna manera". Desde luego, si 'El conejito que quiere dormirse' funciona, será toda una revolución.

Pero la cosa no queda ahí, porque este libro es solo el primer volumen de una colección en la que está trabajando el científico conductual, también para ayudar a dormirse sin traumas, además de para tocar el valioso tema de la autoestima.