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José Luis Álvarez
Sábado, 24 de octubre 2015, 07:24
Los peatones se sienten más seguros en las calles que están iluminadas con luces blancas frente a las que usan lámparas amarillentas, técnicamente denominadas amarillo-sodio, aunque las primeras sean más contaminantes en determinados aspectos. Una de las posibles razones es que esta luz permite ... identificar más fácilmente los rostros de las personas, según se desprende de un estudio multidisciplinar realizado por científicos de la Universidad de Granada, departamentos de Ingeniería Civil y Psicología Social.
Para el trabajo se contó con la participación de 275 peatones, a quienes se aplicó un cuestionario tras transitar por las calles en un horario en el que el alumbrado público estuviese funcionando para que sus respuestas no se viesen condicionadas por recuerdos u otras impresiones ajenas al objeto del estudio. Este trabajo sugiere, además, que las luces con alto contenido en longitudes de onda azules (como algunas de las empleadas en el alumbrado público de luz blanca) producen una mayor inhibición de melatonina, la "hormona del sueño", algo que ya había sido identificado en estudios de laboratorio y que, por primera vez, los investigadores han comprobado para el alumbrado público en condiciones reales de tránsito, a partir de las respuestas subjetivas de los peatones.
Los resultados de los cuestionarios contestados por los ciudadanos que participaron en el estudio se cruzaron con las mediciones cuantitativas de los principales parámetros involucrados en el alumbrado público. De esta manera se comprobó que la reactividad de los peatones ante cuestiones subjetivas de las más diversas índoles es, en todos los casos, mayor cuanto más elevados son los niveles de iluminación. Este resultado, si bien obvio en algunas de las preguntas del cuestionario, en otras resulta cuando menos paradójico y constituye una llamada a la reflexión a la hora de elaborar nuevas normativas sobre alumbrado público, explica Antonio Manuel Peña García, profesor del departamento de Ingeniería Civil y autor principal del trabajo.
Hasta la fecha, el grueso de los trabajos sobre alumbrado público, tanto de investigación como profesionales, se ha centrado en aspectos objetivos y cuantitativos del mismo es decir, diseño de instalaciones más económicas y eficientes, cumplimiento de la normativa aplicable, nuevas tecnologías etc.
Seleccionar las víctimas
Desde otra perspectiva menos técnica, también se ha trabajado en evaluar los efectos de la iluminación sobre la seguridad de personas y bienes, objetivo principal de la Luminotecnia. En este sentido, la controversia entre distintos autores y filosofías de iluminación urbana ha sido tal que, a día de hoy, no existe un acuerdo unánime sobre si niveles de iluminación más elevados aumentan la seguridad en nuestras calles o si, por el contrario, la disminuyen pues incluso los potenciales delincuentes parecen necesitar unos niveles de iluminación mínimos a la hora de seleccionar a sus víctimas, destaca Peña. Entre partidarios y detractores de niveles de iluminación más elevados para aumentar la seguridad ciudadana, apenas se ha prestado atención a un concepto sumamente importante: la seguridad percibida por los propios usuarios de las instalaciones de alumbrado público.
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