Ocho pueblos de Cuenca se movilizan para que su párroco no sea trasladado

Aunque su parroquia está en el pueblo de Beteta, el padre José Antonio también atiende a los municipios de Carrascosa de la Sierra, Lagunaseca, Masegosa, La Cueva de Hierro, Santa María del Val, El Tobar y Valsalobre. Y debe de hacerlo muy bien porque sus feligreses no piensan quedarse con los brazos cruzados. Además de haber pedido al Obispado que reconsidere su decisión de trasladarlo al pueblo de Casas de Fernando Alonso, están dispuestos a viajar al Vaticano para entrevistarse con el Papa Francisco.

Trabajador y buen orador

"Antes, la gente joven no iba a la iglesia y ahora van en grupos y las lecturas las hacían los mismos párrocos y hoy la gente lee espontáneamente en misa", explica Josefina Alvira Casterad, vecina de Lagunaseca, que es una de las promotoras de la campaña en favor del padre José Antonio. Al joven cura también se le valora el esfuerzo realizado para restaurar con todo tipo de colectas y subvenciones las iglesias de la comarca, una de las más despobladas de España. También tiene buena fama de orador: "Sus sermones son sencillos, muy amenos y sin estridencias y cada día nos enseña a ser mejores personas", añade Josefina.

Quien peor queda en esta historia de amor filial entre pastor y feligreses es, además del Obispado, José Javier Muñoz, el cura llamado a sustituir al padre José Antonio. Hasta ahora ha ejercido en Las Pedroñeras (Cuenca). Los vecinos que se han movilizado en estos ocho pueblos de la Serranía Alta de Cuenca aseguran no tener nada contra él. Si su traslado se hace efectivo, el padre José Javier tendrá que ganarse la confianza y el cariño de sus nuevos fieles porque el listón que deja su colega José Antonio está muy alto.