Más de 1.300 presos logran trabajo en 2015 con el programa 'Reincorpórate' de La Caixa

"Es difícil incorporarse a un ambiente abierto después de estar un tiempo encerrado, nos enseñan a adaptarnos y a desenvolvernos con las nuevas tecnologías", explica José Cristóbal, uno de los internos que participan en el programa.

La Fundación la Caixa, que ha destinado a este proyecto un total de 21 millones de euros, opera en cárceles de toda España. El pasado año, más de la mitad de los presos que formaron parte de esta experiencia consiguieron un empleo, consiguiendo así crear 768 nuevos puestos de trabajo.

"Nos dan la oportunidad de reciclarnos porque muchos de nosotros no hemos trabajado nunca, hemos trabajado poco o no tenemos estudios", explica José.

El programa ofrece formación a los reclusos en ámbitos profesionales muy variados, como la hostelería, el turismo, la geriatría, la conserjería, instalación de fibra óptica o talleres de costura. Una vez recibidos los cursos, de 300 horas entre teoría y práctica, los beneficiarios se incorporan a una bolsa de trabajo en la que participan 737 empresas.

José Cristóbal, de 40 años, y su compañero Marcos Antonio, de 35, se han decantado por la hostelería. El primero estudia para ser cocinero profesional, mientras que Marcos ha decidido comenzar por un curso de auxiliar de cocina como parrillero. "Mañana tengo una entrevista de trabajo, me he comprado mis propios cuchillos y un traje de chef, como los verdaderos profesionales", cuenta esperanzado José.

Marcos ha comenzado su formación recientemente y reconoce que nunca había sentido inquietud por la cocina, su interés por la hostelería "nació -dice- a raíz de los cursos". "La cocina me gusta, pero lo realmente importante es saber que tienes un futuro", afirma José. Sus compañeros que participaron en ediciones anteriores del programa, ya han cumplido su condena y se han incorporado con éxito al mercado laboral, les visitan y les dan ánimos para salir adelante.

Ambos tienen muy claro que jamás quieren volver a pisar una cárcel y por ello trabajan duro para formarse y poder "disfrutar de la vida, de la familia, del trabajo... de ser una persona normal", dice José, quien manifiesta su intención de "seguir formándome siempre". Para Marcos, "lo peor es no poder abrazar a mis dos hijas".

José quiere llegar a ser un gran cocinero, como sus ídolos, pero sabe que "hay que ir poco a poco". "Cuando empecé -dice- no sabía hacer ni un huevo frito". De momento, en su entrevista de mañana, deberá preparar un burrito, que amablemente invita a los periodistas a degustar. Si le preguntan por su especialidad, responde que "no hay ninguna en concreto, pero todos los platos que haga a partir de ahora serán platos estrella".