El PP ignora las protestas de la oposición y cambiará la ley de aborto

Los grupos opositores, como ya hicieron hace dos meses, cuando el Congreso tomó en consideración la reforma, han acusado a los populares, en un acalorado y duro debate, de pisotear los derechos de las mujeres, de hacer mero electoralismo a su cuenta y de condenar, de nuevo, a las jóvenes con problemas familiares y carencia de recursos al aborto clandestino y al riesgo vital, así como al turismo sanitario a las que cuentan con dinero para acudir a centros de otros países. No obstante, les han advertido de que la reforma quedará anulada en la próxima legislatura, en cuanto el PP pierda la mayoría absoluta.

Los populares, esta vez sin divisiones en su seno, han derrotado las cuatro enmiendas a la totalidad que les pedían que guardasen la reforma en el cajón y han decidido continuar la tramitación parlamentaria de esta reforma parcial y mínima de la norma, que deja intacta la ley de plazos pero obligará a las jóvenes de 16 y 17 años a contar siempre con la autorización expresa de sus padres o tutores para poder interrumpir el embarazo.

La reforma completará ahora su ruta en el Congreso con el debate y votación de las enmiendas al articulado, para pasar después al Senado. La previsión es que la modificación legal esté aprobada en septiembre, antes de que se disuelva el Parlamento por la convocatoria de elecciones generales. Si, como es previsible, en el Senado no se introducen enmiendas recibirá allí su aprobación total. En caso contrario, deberá aún volver al Congreso, antes de que Mariano Rajoy disuelva las Cortes, para la ratificación final.

La ley en vigor desde 2010 indica que basta con que las chicas de estas edades hayan informado a uno de sus padres o tutores, sin necesidad de autorización, para que pueda realizarse un aborto legal e, incluso, exime del deber de información a las jóvenes que aleguen de manera "fundada" encontrarse en situación de maltrato familiar o de sufrir amenazas o coacciones en el caso de tener que cumplir con este requisito.

Voto en bloque

En esta ocasión el PP no ha vivido el desgarro interno del pasado 14 de abril, cuando cinco de sus diputados dijeron no o rechazaron participar en la votación que admitió a trámite la proposición de ley con la que el partido conservador pretende solventar, con esta modificación mínima, su promesa electoral de cambiar la ley del aborto.

La razón es simple, los diputados díscolos, que en abril se negaron a avalar la reforma porque mantiene una ley de plazos de la que abominan, hoy solo tenían que unir sus votos a los del resto de la bancada popular para rechazar unas enmiendas a la totalidad de la oposición que, de hecho, lo que buscaban era preservar incólume la ley vigente. Dos meses después de su desafío al grupo parlamentario, los cinco diputados que desobedecieron la disciplina de voto, y que podrían repetir su desafío y negativa en la aprobación final de la reforma, aún no han sido sancionados. Nadie en el PP quiso hurgar en la herida de sus votantes más conservadores con la imposición de multas disciplinarias a los disidentes en puertas de unas elecciones municipales y autonómicas.