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Lucía Palacios
Domingo, 3 de mayo 2015, 08:21
Laura Gutman invita a todas las personas a realizar un 'viaje' para conocer la parte inconsciente que cada uno tiene de sí mismo y que desconoce. La terapeuta argentina desgrana en su último libro su novedoso método denominado 'biografía humana' y mediante el cual se ... accede a "la propia sombra" a través de una terapia de indagación personal.
Aunque asegura que no opina de nadie ni dice lo que es bueno o malo, Laura Gutman deja claro su postura totalmente contraria al famoso método Estivill para dormir a los niños. "¿Por qué millones de mujeres están felices con aplicar el método Estivill? -se pregunta-. Porque ese niño me está pidiendo algo que no estoy dispuesta a darle porque todavía necesito la energía para mí, no para el niño".
"¿Está bien o esta mál? Para la madre que se salva está bien; para el hijo es un desastre. Todo depende si queremos el confort de la madre, hagamos el método Estivill; si queremos sentir al niño que está aullando de dolor y de miedo y de oscuridad, que siente que se está muriendo solo en su cuna, si yo siento eso, no se me ocurriría apartarlo de mi cuerpo ni un segundo", explica.
"Cada uno tiene sus oscuridades, que no están en el recuerdo consciente porque nuestra madre no nos ha hablado de ellas", explica la autora de 'La biografía humana. Una nueva metodología al servicio de la indagación personal' (Planeta), que asegura que a lo largo de sus 35 años de trabajo todavía no ha encontrado a ningún individuo que tenga un recuerdo fehaciente de su infancia. Por eso -continúa- "para abordar la verdad hay que buscar al niño que hemos sido, porque si no nos quedamos con una interpretación falsa".
Durante su trayectoria profesional, esta psicopedagoga comprobó que todas las dificultades que se tienen en un momento crítico de la vida tienen que ver con la propia infancia, con la ignorancia sobre las propias realidades emocionales. Así, vio la importancia de abordar la historia emocional de cada individuo.
"La niñez para mí tiene un significado transcendental porque es la semilla de todo nuestro devenir posterior", asegura Gutman, quien señala que "el gran problema de la infancia es que ninguno de nosotros ha obtenido cuando fuimos niños el nivel de amparo, cuidado, cercanía emocional, contacto y comprensión de nuestra madre como hubiéramos necesitado". Esa distancia entre lo que se espera y se necesita en la infancia y lo que realmente ha sucedido es tan grande, que los niños utilizan "un mecanismo de superviviencia para sobrevivir a ese nivel de desamor", aunque no lo recuerden cuando sean adultos, explica la autora, que se manifiesta contraria a llevar a los menores al psicólogo: "No tienen nada que hacer allí; es quitarse el problema".
"El gran drama de la civilización está en que los niños no somos sentidos por nuestra madre", sentencia la escritora argentina, que explica que una mujer solo puede 'sentir' a su hijo si antes ha realizado este proceso de indagación personal, si antes no se ha encontrado a sí misma.
El proceso, paso a paso
¿Y cómo se hace ese proceso de búsqueda del sí mismo? Gutman explica que se trata de un trabajo más de detective que de psicólogo, porque hay que ir a buscar a través de ciertas pistas las piezas del rompecabezas que faltan y que no están en los recuerdos del individuo que consulta. El terapeuta muestra así la parte de sí mismo que el paciente desconoce y ni siquiera reconoce y que le hace actuar o reaccionar de una determinada manera. Le lleva el fondo de su propio interior o realidad tal cual es.
La escritora advierte de que este viaje, que es relativamente corto (en principio se conseguiría con unas 6 o 10 sesiones) no lleva a "un lugar ni confortable ni cómodo", puesto que el psicólogo "me va a decir lo que no me resulta tan grato". Tampoco promete que a partir de entonces el paciente sea más feliz, pero sí destaca como beneficio que a partir de entonces él tendrá el control total de su vida. "Nosotros no le decimos al individuo cómo tiene que vivir, sino que le ponemos de frente a sus dificultades para que comprenda cómo hizo el nudo y de qué manera lo tiene que desanudar", sentencia. Gutman, que resalta que "hay personas que prefieren no desanudar el nudo y seguir con sus problemas", asegura que la importancia de conocerse a sí mismo ya lo dijo Jesucristo. Y va más allá: "Solo cuando uno se conoce de verdad, es capaz de amar al prójimo como a sí mismo".
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