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Antonio Paniagua
Lunes, 20 de abril 2015, 12:56
El presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, ha denunciado hoy la corrupción, que a su juicio es fruto del "secularismo y el materialismo economicista". En el discurso de apertura de la asamblea plenaria que celebra esta semana el episcopado, el ... cardenal sostuvo que la crisis económica obedece en realidad a una "crisis antropológica, ética y religiosa".
En coherencia con la línea doctrinal establecida por el papa Francisco, Blázquez arremetió contra la visión "idolátrica" de la lógica económica. "La ideología que defiende la autonomía absoluta de los mercados y de la actividad financiera instaura una tiranía invisible que impone de forma unilateral sus reglas", ha dicho.
Frente a la corrupción y la cultura del descarte, los obispos apuestan por una "regeneración moral" que comporte una mayor solidaridad "con los más pobres y favorezca la auténtica cohesión social". "La regeneración moral nace de las virtudes morales y sociales, y para un cristiano viene a fortalecerse con la fe en Dios y la visión trascendente de la existencia", ha señalado el arzobispo en su segundo discurso ante la asamblea plenaria de episcopado.
En previsión de las críticas que le pueden caer a los obispos cuando publiquen el documento Iglesia, servidora de los pobres, que será aprobado por el plenario de la Conferencia Episcopal, Blázquez advirtió que la Iglesia no es un "contrincante político".
Blázquez dio una de cal y otra de arena. Aunque arremetió contra la corrupción, la pobreza y la consecuencia sociales de la crisis, se avino a aceptar que hay "innegables signos de recuperación" económica. Con todo, la situación es "preocupante", por cuanto el deterioro de la economía "todavía afecta muy profundamente a las capas sociales más desfavorecidas, sobre todo al inmenso número de desempleados", especialmente los jóvenes.
Dimensión pública de las convicciones
El presidente de la jerarquía católica defendió la dimensión pública de las convicciones religiosas y apeló a los cristianos a que voten en consonancia con su credo. "Es necesario que los cristianos, especialmente los seglares, vivan, personal y asociadamente, con coherencia responsable y alegre, la fe en la calle, en la vida social y política, en el ejercicio del voto o de la representación y actividad política, en la familia y con los amigos, en la cultura y en el arte, en el trabajo y en la diversión".
Para que nadie se llame a engaño, Blázquez destacó que la Iglesia siempre trabajará por los valores innegociables, "como son el derecho a la vida desde la concepción hasta su fin natural, el verdadero matrimonio y la armonía y estabilidad familiar", entre otros asuntos.
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