laura garcés
Viernes, 6 de febrero 2015, 14:32
Vender bienes de la Iglesia o destinar un porcentaje del presupuesto de la diócesis y sus instituciones para ayudar a los pobres. Ese es en parte el mensaje que este domingo recibirán los católicos valencianos de su arzobispo. El cardenal Antonio Cañizares ha incluido estas ... iniciativas -junto a otras- entre las propuestas que en su opinión son convenientes para fortalecer la vida de la caridad en el ámbito de la Iglesia. Con sus palabras quiere implicar no sólo a los consagrados, sino también a los laicos.
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En la carta el prelado se muestra contundente para señalar que este año debe llevarse a cabo un «importante esfuerzo por combatir las nuevas pobrezas». Y sus palabras ganan concreción cuando se dirige a los fieles y les llama a implicarse en ayudar «a superar el paro promoviendo iniciativas para crear empleo».
El cardenal lanza sus planteamientos cuando habla de «la opción preferencial» de la Iglesia por los pobres. No es la primera vez que destaca la dedicación a los más necesitados como objetivo de su acción pastoral. Ya en su primera misa entre los valencianos, el pasado mes de octubre, puso el acento en los pobres. Pero sí es la primera vez que ofrece pronunciamientos tan tajantes como los de la carta mencionada.
A la venta de bienes y a destinar un porcentaje del presupuesto a los pobres se añaden otras llamativas sugerencias. Así, habla también de «compartir algunos bienes» y la fórmula que ofrece para ello es destinarlos a «usos sociales, por ejemplo a pisos de asistencia a madres solteras, madres en gestación que no quieren abortar, mujeres víctimas de malos tratos».
Ingresos
La implicación que el cardenal reclama no se circunscribe a los bienes e ingresos de la Iglesia. También exige una implicación individual cuando al dar a conocer su enumeración de sugerencias se pregunta: «¿Por qué no nos desprendemos del diezmo de nuestros ingresos personales y hacemos que lleguen a los pobres?».
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Uno de los extremos que aclara Cañizares en la carta es que los esfuerzos que reclaman las «nuevas pobrezas» llaman no sólo a los consagrados, también a los «fieles cristianos laicos».
Y, además, en un apartado de sus iniciativas lanza una clara invitación a los empresarios al interrogar sobre qué «podríamos hacer con la colaboración de empresarios católicos y de buena voluntad, con sensibilidad social para crear por cada una de las empresas uno o dos puestos de trabajo en ellas?».
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