Quino, el padre de Mafalda, gana el Príncipe de Comunicación y Humanidades

"Al cumplirse el 50 aniversario del nacimiento de Mafalda, los lúcidos mensajes de Quino siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento", dice el acta del jurado.

La candidatura de Quino salió victoriosa frente a los méritos de otros 22 rivales, entre los que figuraban el filósofo Emilio Lledó y el biólogo español afincado en Estados Unidos Francisco José Ayala, además del sistema de comunicación por internet Skype, la agencia Magnum de fotografía, el periodista y escritor norteamericano Gay Talese y el creador de la serie El ala oeste de la Casa Blanca, Aaron Sorkin.

El de Quino es el típico ejemplo de creador eclipsado por sus personajes. No en vano, nueve años después del alumbramiento de Mafalda, Quino desconcertó a sus seguidores cuando anunció, para disgusto de medio mundo, que ya no dibujaría más tiras cómicas de esa niña que tenía por amigos al melancólico Felipe, el cazurro de Manolito, la cursi Susanita y la revolucionaria Libertad. Ya no sentía la necesidad de emplear la estructura narrativa de tiras en secuencia. Aducía además que se le habían agotado las ideas. Con todo, y pese a la súbita defunción, la devoción por Malfalda ha ido creciendo y se ha convertido en todo un icono del imaginario colectivo. Sus peripecias han sido traducidas a 30 idiomas. Tal es su éxito que ha ilustrado campañas de Unicef, Cruz Roja Española y el Ministerio de Exteriores de Argentina.

Tras dejar a los admiradores de Mafalda en la orfandad, el viñetista cultivó un humor más áspero y negro, con el que trato de granjearse el favor del público adulto. Sus tiras se han recopilado en una serie de libros de humor como ¡Qué presente impresentable! (2005), La aventura de comer (2007) y ¿Quién anda ahí? (2013).

El dibujante, de 81 años, vio la luz en la región andina de Mendoza (Argentina). Desde el mismo nacimiento le llamaron Quino para distinguirlo de su tío Joaquín Tejón, reputado pintor y diseñador gráfico. Gracias a su tío descubrió su vocación a la temprana de tres años.