
DIEGO MARÍN
Jueves, 2 de noviembre 2006, 02:18
- Extraña encontrar hoy a un escritor que firme con pseudónimo.
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- Permíteme que te corrija: una escritora; hay una diferencia. ¿Por qué? No es casual, pero sí un juego. En 1996 la editorial 'Egales' me llamó porque estaban interesados en publicar novela de temática lésbica. Yo había sido finalista del premio 'La Sonrisa Vertical' y, entonces, tuvimos la idea de hacer un culebrón lésbico por entregas, aunque luego no fue técnicamente posible. Pero lo habíamos concebido para que se publicara con pseudónimo, y... hasta hoy, cinco años después. Más que dentro de armario estaba dentro de la vitrina. También hay un poco de juego, de querer que se especulara con la autoría. Buscamos un nombre que se notara que era pseudónimo.
- Las razones de Jo es continuación de Mujercitas. ¿Cómo se planteó esta segunda parte apócrifa?
- No es que fuera una continuación, sino resolver una deuda que había con Jo, un personaje de referencia para muchas chicas. Jo quería ser libre, no estar atada al futuro predestinado para la mujer de la época: casarse, tener hijos... De alguna manera hubo una traición cuando, en la novela, sí se casó. Había que dar una explicación, aunque fuera ficticia. Más de una lo pensamos. La razón de la autora seguro que fue social, aquella época no era fácil para una mujer.
- Estas jornadas en las que participa se han acercado a la literatura de autores gays. ¿Cree usted que estos pueden caracterizarse estilística o temáticamente?
- Yo creo que como género literario no existe porque lo único que haría falta para que una obra fuera literatura gay es que hubiese una relación gay o lésbica. Políticamente sí hay que reivindicarlo, porque todo lo que no se define por defecto es «blanco, occidental, heterosexual y hombre», que es lo que dice Mendicutti. Hay que concretar porque, si no, por defecto, es demasiado genérico, por eso hay que reivindicarlo como tal, es una forma de decir que existimos, que comemos verdurita por la noche, que tenemos nuestros líos, nuestros amores..., que somos gente normal, vamos. Pero esto no es una ideología política, sino una forma de ver el mundo. Lo que sí sirve es para quien busca este tipo de literatura, porque es un tema que se ha reprimido mucho tiempo.
- Lo cierto es que hay un círculo emergente en torno a la cultura gay con festivales de cine, jornadas de este tipo , algo impensable hace años.
- Cumplen una función social porque, al aceptar las cosas, se les pierde el miedo. No hay mejor forma para anular a una persona que no nombrarla. La homosexualidad ha sido una «enfermedad», una «perversión» en la represión franquista, así que, ahora, que haya festivales, jornadas y Olimpic Gays sólo es una forma de darnos a conocer, de declarar que amamos como amamos y reivindicar que te dejen hacerlo con quien y como quieras.
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