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Componer un soneto

Cuando desperté, advertí con sorpresa que mi cama se había convertido en un catre plagado de chinches

Isabel Lizarraga

Escritora

Martes, 17 de diciembre 2024

Cuando desperté, advertí con sorpresa que mi cama se había convertido en un catre plagado de chinches. Y me asombré más todavía al descubrir en la estancia aledaña al mismísimo Félix Lope de Vega Carpio, sentado en un escabel y mirando amargamente un pergamino en blanco sobre la mesa. Volvió la cabeza para mirarme y, antes de que yo pudiera dirigirle la palabra, me espetó con cierta destemplanza:

– Un soneto me manda hacer Francisco…

Sin detenerme a pensar, le contesté los primeros versos que se me vinieron a la cabeza.

– Que en mi vida me he visto en tanto aprieto;

catorce versos dicen que es soneto.

– Burla burlando, yo te los encisco –me contestó con naturalidad, como si mi presencia fuera habitual en aquella habitación. A continuación, se apresuró a mojar la pluma en el tintero para anotar el cuarteto que acabábamos de componer entre los dos y siguió totalmente embalado, ahora ya sin contar conmigo–: Yo pensé que no hallara consonante…

Mientras el Fénix de los Ingenios redactaba con facilidad el segundo cuarteto, me asomé por encima de su hombro para comprobar la velocidad de su inspiración. Efectivamente, allí compuso ante mis propias narices los dos tercetos encadenados con sus rimas correspondientes CDC DCD. Entonces Lope se detuvo de improviso. Pasó su mirada desde la pluma y el tintero hasta el techo y resopló. Allí había algún verso que no terminaba de encajar. Roído por la impaciencia, el poeta dejó a un lado la pluma, se mesó los cabellos, se puso en pie y, olvidado de mí, salió bruscamente de la estancia.

Yo releí nuevamente la composición. «¿Un soneto me manda hacer Francisco?». ¿Sería Francisco de Quevedo? Aquello era muy extraño y, además, no rimaba de ninguna manera con los versos del segundo cuarteto, que obligatoriamente deberían resultar ABBA ABBA.

¡Pero si no era Francisco!, recordé de pronto. Quien mandaba hacer el soneto era 'Violante', que rimaba, en el verso cuarto, con «van los tres delante». Ni corta ni perezosa me apresuré a corregir el poema de Lope de Vega para que quedase idéntico al de todos los libros de Lengua y Literatura. Primero raspé los términos equivocados con la punta de una navaja y, a continuación, mojé la pluma en el tintero. Sin embargo, ¡vaya cisco!, cuando comencé a escribir, se me volcó el tintero entero sobre 'Francisco'.

Isabel Lizarraga

Isabel Lizarraga (Tudela, Navarra, 1958) es profesora de Lengua y Literatura, investigadora y escritora. Sus últimas novelas son 'Luz ajena. El enigma de María Lejárraga' (2020), 'Los casos de Clara Campoamor' (2022) y 'Josefina, Valle-Inclán y su pleito de amor' (2024). Ha sido galardonada con el Premio Mujeres en el Arte en La Rioja 2017 y con el Premio del Libro Ateneo Riojano en Narrativa 2022.

Créditos

  • Narración Raquel Peláez

  • Diseño sonoro y mezcla Iñigo Martín Ciordia, Carlos G. Fernández y Luigi Gómez

  • Ilustración Manuel Romero

  • Coordinación José Ángel Esteban

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