Elvira Valgañón
Filóloga y escritora
Martes, 17 de diciembre 2024
Cisco!
Publicidad
El animal levanta la cabeza y ve la mano de la mujer, y en la mano el caldero y en el caldero un ramo de gladiolos. Los últimos. A regañadientes, deja en paz al topillo con el que lleva un rato jugueteando y se acerca a ella, pegándose a sus piernas, como diciendo «aquí estoy».
La mujer le acaricia el lomo.
Hala, a casa.
También él se hace viejo. Ya no tiene el pelo tan negro como cuando era cachorro. Como el carbón, se dice ella. Por eso le iba tan bien el nombre. Por eso y porque el día que se lo trajo Fermín a casa, lo primero que hizo fue meterse en un charco y ponerse perdido de barro. ¿Cómo le va a poner, maestra? Cisco, dijo ella, y Fermín sonrió. Buen nombre. Encima, es hijo de la Chispa…
Ahora el Cisco ya no tiene el pelo tan negro ni tantas ganas de correr y meter el hocico en todas partes. Pero aún se empeña en acompañarla cada vez que sale de casa para ir a la huerta.
Donde la fuente, se cruzan con Joaquín, que viene de guardar las gallinas.
Hasta mañana, maestra.
La mujer sonríe y cambia el caldero de mano. Le gusta seguir siendo la maestra, aunque hace muchos años que se jubiló.
Publicidad
En el aire se huele la niebla que baja de los montes. Y las primeras lumbres. Aún no ha llegado el otoño, pero en el pueblo empiezan a encenderse las estufas y las chimeneas. Y alguna cocina de las de antes, que todavía quedan. Ahora están de moda, se dice la mujer. Y se acuerda del brasero que tenían en la escuela cuando llegó ella. Pensaba que venía para un año y, ya ves, toda la vida.
En casa, también ella encenderá la lumbre. Y se sentará con Ana que, como todas las noches, buscará con la mano la cabeza del Cisco para acariciársela. Ahora anda muy poco y casi no habla. A veces se olvida de quién es y dónde está y de los años que han pasado las dos en esa casa. Toda la vida. A ella la recuerda solo a ratos, pero al Cisco lo sigue llamando por su nombre. Y él se queda allí, a su lado, hasta que es hora de irse a la cama.
Publicidad
Al llegar al portal, la mujer deja el caldero en el suelo y se sienta en el banquito para quitarse las botas de agua. El Cisco se le acerca y aguarda. Ella lo mira y sonríe, coge resuello y, antes de levantarse, le posa un momento la mano en el lomo oscuro, casi como el carbón.
Elvira Valgañón (Logroño, 1977) es licenciada en Filología Hispánica e Inglesa. 'Luna Cornata', su primera novela, se publicó en 2007. En 2014 publicó 'Nonsense', una antología de la poesía de Edward Lear. Su segunda novela, 'Invierno', una visión de la vida y las historias del mundo rural, apareció en 2017. En 2020 publicó 'Línea de penumbra', una colección de ficciones que giran en torno a diferentes obras de arte. 'Fidela', publicada en 2023, es su última novela.
Narración Raquel Peláez
Diseño sonoro y mezcla Iñigo Martín Ciordia, Carlos G. Fernández y Luigi Gómez
Ilustración Manuel Romero
Coordinación José Ángel Esteban
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.