Con la corona de Mijail Botvinnik en 1948 dio comienzo la hegemonía soviética de campeones del mundo de ajedrez. El régimen comunista apostó por él como un modelo de superhombre y movió piezas en el tablero político para favorecer su reinado
Hoy, en 'Cuentos, jaques y leyendas', rendimos homenaje a Mijail Botvinnik, el gran patriarca del ajedrez soviético, tótem indiscutible en la historia del noble juego. La historia de Botvinnik arranca en Leningrado, en 1925, cuando nuestro protagonista era Misha, un chico de 14 años que recibe una llamada de teléfono: «Mañana vas a jugar contra Capablanca», escucha por el auricular. A partir de ese momento, el relato se precipita. En 'Enroque corto', charlamos con Juan Ramón Jerez, director de Ideas Deportivas Canarias, quien con 19 años ya quería crear una escuela de pioneros de ajedrez en Gran Canaria. En 1984, año orwelliano, lo dejó todo por el ajedrez. En 'La biblioteca de Caissa', el maestro Luisón nos recomienda dos nuevos títulos. Y, en 'La gran diagonal', recibimos el saludo y la pregunta del gran maestro Carlos Matamoros.
La vida del colombiano parece sacada de una novela de Roberto Bolaño. Hombre culto y del pueblo, compitió contra los mejores del mundo y derrochó cada céntimo que ganó
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