Querido, no me queda ni una sola foto del verano. Yo había prometido disfrutar de las vacaciones y no tener que escenificarlas para nadie más, pero mis amigos me hablaron de una nueva aplicación en la que se busca lo inmediato y lo efímero. Cuando ... es la hora (y cada día cambia de forma imprevisible) tienes dos minutos para sacar tu foto donde y como estés. El móvil captura lo que tienes frente a ti pero también te hace un retrato: a Javi le pillamos con su segundo Covid tirado en el sofá. A Cristina en un vagón de metro desierto, yendo a trabajar acompañada solo por su mascarilla. Marina estaba de festival, sí, pero a varios metros del escenario y con un ataque de risa cuando por un empujón se tiró toda la cerveza. Yo he salido en una cola de embarque, también pegada a un ventilador y caminando por una carretera en busca de una cala que jamás encontré.
Estas imágenes totalmente ridículas, mal compuestas, con luz interior -de persiana bajada- y también de ángulos poco favorecedores ya no existen pero nos han hecho reír. Me gustan mis amigos como son y los yates del resto no me interesan. Si esto fuera una camiseta diría: «He ido al sentido común de la vida y me he acordado de ti».
Querida. Tú sabes mejor que nadie que el verano está hecho para las fotos.Tu que te quedas en un museo o en un cine secreto extasiada durante horas ante los misterios de una imagen. Dice una estadística que este mes habrá un cuarenta por ciento largo más de recuerdos fijados que en el resto del año. Nunca nuestros ángeles de la historia estuvieron más atareados. Felicidad encapsulada. Yo tendré pocos residuos este año. Poca foto. Pero me llevo la mejor del momento y, además, me la llevo puesta. En un mercadillo junto a un paseo donde en mi infancia había un seminario he encontrado esta mañana una colorida camisa estampada con la foto deslumbrante del telescopio James Webb, la primera. Acuérdate, a mediados de julio, la fascinación de lo más profundo del universo delante de nuestros ojos: decenas de mínimos pétalos, paramecios, puntos brillantes, destellos que se abarrotan sobre un negro eterno. O sea, la región SMACS 0723 del cielo visible, enorme cúmulo de galaxias a 4.600 millones de años luz de la tierra, las primera estrellas después del Big Bang. Eso sí que es memoria y pasado. Polvo de estrellas. Pues yo lo tengo en mi camisa. Tal vez te la preste y compartamos recuerdos.
El recuerdo
Cafeína en vena: una parte de ron añejo, otra parte de licor café, media de sirope de azúcar, dos de licor de cacao (difícil de encontrar) y dos de café frío. Se mezcla en coctelera con hielos y se sirve sin ellos en una copa pequeña. 500 millones de cafés se sirven a la semana en España: estos, los mejores. Por Carlos G. Fernández
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Narración y textos
Andrea Morán, Carlos G. Fernández y José Ángel Esteban
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Producción técnica
Íñigo Martín Ciordia
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Edición y mezcla
Carlos G. Fernández
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Remezcla y postproducción
Rodrigo Ortiz de Zárate
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Ilustraciones
Adrià Ramírez
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