Borrar
Panorámica de Toledo
Toledo, una ciudad para pasear sin rumbo
Viajes

Toledo, una ciudad para pasear sin rumbo

La capital castellanomanchega, cita ineludible en el año del centenario de El Greco, es un lugar para visitar sin guía e ir tropezando con monumentos, plazas y callejas

César Coca

Viernes, 11 de abril 2014, 17:48

Olvídese la guía en el hotel. Desconecte la aplicación GPS de su móvil. Ni hablar de contratar los servicios de un agente turístico para que le enseñe la ciudad. La mejor forma de ver Toledo es perderse en ella. Caminar por sus calles empinadas y ... descubrir uno a uno sus rincones. Introducirse por un callejón sin salida, llegar al final y retroceder. Colarse a través de un portalón de madera vieja y cuarteada y ver el magnífico patio que se oculta tras él. Imaginar que hubo un tiempo, muy lejano, en el que coexistieron en esta ciudad las culturas derivadas de las tres grandes religiones monoteístas. Coexistieron más que convivieron porque este último verbo implica un cierto grado de armonía y no siempre la hubo. A estas alturas, eso importa poco. Toledo está ahí, con su catedral y sus iglesias y ermitas cristianas, sus mezquitas y sinagogas. Queda la huella de lo que esta urbe fue en su momento: uno de los grandes centros culturales del continente. Ese es el espíritu que el turista puede buscar por sus calles. Y para eso no hacen falta brújula ni orientación. Guíese por su instinto y por el azar. Si por alguna casualidad remota, después de cruzar las calles de un lado al otro aún no ha pasado por algún monumento notable que desea ver, entonces coja la guía y diríjase hacia él. Pero solo en ese caso. Lo menos conveniente en Toledo es planificar y ordenar la visita, porque entonces la magia no se hará presente con tanta facilidad.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Toledo, una ciudad para pasear sin rumbo