Qué pedir en los bares de Jerez

Manolo el del bombo, cuentan, vivió una pantagruélica sesión de pescaíto (sí, nada de pescadito) frito. Algunos jerezanos aseguran que la fritura de chocos, boquerones, pijotas, salmonetes del Bar Maty es una de las mejores de la ciudad, más aún en compañía de un fino de barril o una copa de cerveza.

En la céntrica calle peatonal de San Miguel está La Marea, un pequeño espacio regentado por Manuel González Almagro, apodado el chule porque era tan delgado que recordaba a una chuletilla, donde el marisco, fresquísimo, es ya su emblema. Tiene una barra con unas pocas mesas y otras en su terraza y la bodega es profundamente local, con finos, amontillados y olorosos.

Fermín Anguita, quien hizo de su pasatiempo (la pesca) su negocio, lleva en El Bichero desde 2011, lugar especializado y conocido por su cocina marinera procedente, en gran medida, de la lonja de Sanlúcar. Langostinos, mariscos y salmón marinado son tres de las recomendaciones de Huidobro.

Muy cerca de El Bichero, en la calle San Pablo, hay un local que suma 82 años de historia y que sigue tan vigente como en 1934. Tabanco San Pablo reúne a comensales de los más diversos perfiles y edades, porque lo que allí importa es que en pleno siglo XXI nadie olvide que es un octogenario en plena forma. Si somos amantes de las tapas de guisos tradicionales este es nuestro lugar. Inevitable la berza gaditana.

Hablando de clásicos, en Bar Las Bridas, dicen, encontramos la mejor ensaladilla de todo Jerez y en Tendido 6, con sus paredes repletas de recuerdos e historia y parada obligada de toreros, no podemos dejar de pedir el ravioli de rabo de toro.

Cerramos en Val de Pepe, el gastrobar del cocinero Pepe Romero Valdespino y su mujer María Luisa Rodríguez, con una carta cargada de tapas y raciones. Tartar de atún con aguacate es lo que Huidobro nos aconseja ordenar. Y nosotros, que somos muy obedientes, hacemos caso de esta y todas las sugerencias.