Un paseo por el Titanic (y mucho más)

Y tras el desembarco...

A menos de 200 metros de esta impresionante exposición, nos espera una interesante propuesta culinaria donde hacer parada antes o después de la visita. Se trata de Platea Madrid, un antiguo teatro que ha sido reconvertido en una especie de mercado gastronómico donde encontramos una oferta de lo más variada, entre ella, la de cuatro cocineros con tres Soles Repsol, lo que demuestra que aquí se come de vicio. Cada espacio lleva su sello propio por lo que podemos probar desde cócteles hasta pastelería pasando por pintxos, sushi y recetas castiza.

Y, si tras saciar el apetito, nos apetece completar el plan cultural, podemos acercarnos hasta el Museo Thyssen Bornemisza dando un agradable paseo de unos 15 o 20 minutos por Recoletos. La galería nos ofrece un recorrido por la historia de la pintura europea desde sus inicios en el siglo XIII hasta finales del XX. Este museo tiene una situación geográfica peculiar y es que se incluye en el conocido como Triángulo del Arte de Madrid que reúne en apenas unos metros de distancia, tres de las pinacotecas más importantes de España: Thyssen-Bornemisza, El Prado y Reina Sofía. ¿Qué más se puede pedir?