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Álvaro Romero
Jueves, 18 de mayo 2017, 11:42
El Parque Natural del Cañón del Río Lobos es una de las grandes maravillas que alberga el territorio nacional español. Se ubica en Castilla y León, concretamente entre las provincias de Soria y Burgos. La persistente erosión fluvial ha dado vida a este espacio, ... donde aparecen cuevas, grutas subterráneas, simas y alguna que otra torca.
Millones de años ha necesitado el río Lobos para esculpir a su antojo las espectaculares paredes de piedra caliza cretácica que, a día de hoy, parecen aliarse con el cauce protegiendo sus aguas.
Más de 25 kilómetros de río y un total de 9.500 hectáreas forman uno de los espacios biogeográficos más bellos de España. La espectacularidad de su relieve y su riqueza natural provocaron que en 1985 fuera declarado Parque Natural, siendo una de las primeras zonas de Castilla y León protegidas bajo esa denominación.
Al ser el terreno acantilado y las paredes de piedra el paisaje más característico del Cañón del Río Lobos, destaca la presencia del buitre leonado, águilas reales, alimoches y halcones. Entre los mamíferos abundan los corzos, jabalíes, ardillas, nutrias, tejones y gatos monteses. A parte de su rica fauna, en su interior se hacen fuertes extensos bosques de sabinas y pino.
Recorriendo el cañón
Existen un total de 15 rutas de senderismo marcadas y la posibilidad de adentrarse en alguna de las numerosas simas y cuevas que minan sus paredes. Hacer un recorrido a pie por este hermoso lugar dirige al visitante entre paisajes únicos. Algunas de las rutas más conocidas son las de El Torcón, entre sumideros y acuíferos; Las Dehesas, donde se aprecia la vegetación típica y la de Cabeza Gorda, una de las más completas de la zona.
Sus alrededores
En su interior y en sus alrededores se conserva, también, un valioso y cuidado conjunto de restos artísticos, pueblos y villas que guardan toda la esencia de la zona, tradiciones y rincones con encanto. Destacan la ermita de San Bartolomé, Ucero, San Leonardo y Burgo de Osma. Algunos de los senderos del parque dirigen hasta la ermita, uno de los enclaves más importantes de la orden de los caballeros templarios. Desde allí se puede contemplar el cañón y disfrutar de unas vistas espectaculares de todo el entorno.
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