Álvaro Romero
Jueves, 4 de mayo 2017, 12:51
Riga es la capital de Letonia y una de las urbes más grandes e importantes de los estados bálticos. Se caracteriza por ser una ciudad abierta y llena de vida que recibe al visitante siempre con los brazos abiertos. Su casco histórico fue declarado Patrimonio ... Mundial de la Humanidad por la Unesco, no solo por su excelente estado de conservación, también por su belleza y su arquitectura art noveau.
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Los letones tratan de conservar de la mejor manera posible tanto los espacios naturales como las tradiciones de antaño. Riga es una ciudad bohemia y cultural, con una espectacular vida diurna y un inagotable entretenimiento nocturno. El río Daugava corta la ciudad dividiéndola en dos y dejando el centro histórico en la zona derecha.
La capital letona fue fundada en el 1201 con fines comerciales. Es una ciudad pequeña y se puede recorrer a pie, dedícale entre dos y tres días para verla bien.
Pateando Riga
Su zona más turística y bella es la plaza del Ayuntamiento, allí se encuentra el espectacular edificio consistorial que yace junto a otra preciosa obra arquitectónica, la Casa de las Cabezas Negras. Esta última albergó un gremio de comerciantes y data del siglo XIV. El centro de la plaza está presidido por la estatua de Roland.
A escasos metros aparece la Iglesia de San Pedro, cuyo campanario, el más alto de la urbe, vigila el horizonte desde el siglo XIII. Un edificio gótico precioso, sube a la parte alta y disfruta de sus excelentes vistas de la ciudad. Si se es amante de la fotografía no hay que dudar en subir e inmortalizar la panorámica.
Lo más aconsejable es perderse por sus calles, donde están la Casa del Gato y la catedral, uno de los templos religiosos más antiguos del país. Cerca de ella se sitúan las casas de los Tres Hermanos, las viviendas más antiguas de ciudad. Ocupan los números 17,19 y 21 de la calle Maza Pils. Muy cerca de allí aparece la catedral de Santiago y el castillo de Riga.
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Hay que acercarse hasta el Monumento a la Libertad, uno de los lugares más simbólicos de la nación letona. Si se dispone de tiempo, no hay que perderse el museo de la Ocupación, visitar la Puerta Sueca y fotografiarse junto a la Torre de Pólvora. Riga es todo esto y mucho más, en cada calle y cada plazoleta se descubre su peculiar encanto, una ciudad esperando ser visitada, una de las grandes desconocidas de Europa y de las más singulares del Báltico.
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