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Molinos, viñedos, miel y aceite en Ocón, el valle secreto de La Rioja

Lejos de las interminables parcelas de viñedo, las grandes bodegas, del camino de Santiago y de los monumentos se oculta un territorio que ha escrito su futuro desde el respeto a los viejos oficios

Iratxe López

Jueves, 5 de mayo 2022, 10:17

El Valle de Ocón no sabe de estrés ni carreras. Lo suyo es contemplar la vida desde el sosiego. Los siglos han tocado estas tierras de puntillas. A pesar de su cercanía con Logroño (unos 40 kilómetros), prefiere la comodidad del campo a la ... urbe, la hierba al ladrillo. A medio camino entre el valle del Ebro y la sierra de La Hez, sus vecinos se reconocen habitantes del llano o montañeses, dependiendo del paisaje, y comparten orgullosos la distinción de Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO. Plantaciones de vides, olivos y cereal preceden a almendros, encinas… según ganas altura. Los campos de colza aportan estos días fulgor amarillo a este manto de pachwork verde. Sobre él, otro cobertor añade el título de Reserva Starlight, un cielo despejado en el que titilan las estrellas.

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Molino y trujal

turismo de ocón

Nadie sabía que estaba allí, aunque todos llamaban a la zona 'El cerro del molino'. En 2004 se descubrieron los restos de uno harinero de viento en La Villa-Santa Lucía, datado del siglo XIV. «Se construyó una réplica del único ingenio de este tipo en la provincia, además del único visitable en el norte de España», comenta Blanca, la guía. Ella menciona los 1.300 kilos que pesa cada piedra de molienda, los 3.000 que soporta la viga marrana, «así llamada porque parece soltar pedorretas al crujir, mientras se asienta».Conocerás el mecanismo y admirarás el precioso paisaje. Los datos continúan en el Trujal de Ocón, donde se aplastaba la oliva para obtener aceite. Sorprende ver arrancar aún a la maquinaria. «En la parte baja del valle siempre ha habido mucho olivar», aclara la cicerone que da una cifra curiosa: «De cada 5 kilos de oliva solo se obtiene un litro de aceite, eso en años buenos».

Reproducción fiel de la vida

Turismo de ocón

Se nota que desde la Asociación de Mujeres de Corera han invertido tiempo en habilitar La Casa del Espartero. No hablamos del famoso militar, sino de los modestos trabajadores que se dedicaban al esparto. La vivienda fue construida en 1900 con adobe. Ellas rescataron de una muerte segura el edificio y su historia. El esfuerzo se transformó en ilusión y las recopiladoras de pasado pasaron a serlo también de objetos tradicionales. «Pedimos a vecinos, buscamos lo que tiraban... En 2009 empezó la restauración, sin ayuda oficial, con las cuotas de socias, mercadillos, rifas, fabricación de dulces y jabón», recuerdan. Gracias a eso, ahora el turista puede contemplar el traje de boda negro que se estilaba hace años, ropa interior, muebles, útiles de cocina… y marcas que retrotraen a la niñez. «Reflejan la forma de vida de Corera desde 1900 a los años 60», inciden.

Plantación de vid

VIstahermosa

La Finca Vistahermosa de Ocón es eso, preciosa. El paisaje domina la visita guiada por sus terrenos. Su viñedo se extiende sobre 163 hectáreas, a los pies de la sierra. Allí aguarda la mayor reserva de garnachas viejas de La Rioja. «Su piel es muy fina, por eso en los pueblos se dejaba para comer, pero disminuye mucho la producción, por lo que mucha gente se pasó al tempranillo», comenta el enólogo Juan Antonio Blanco. Durante la cita enseñan cómo fabricar vinos artesanalmente y puedes sumar menú riojano o paella. Tomar una copa de caldo y comer con ese paraje de fondo garantiza el éxito de la salida. «Hemos sido muchos años los últimos de la provincia en recoger la uva por la altitud a la que estamos», asegura.

De bodegas

Aradon

Una escapada a La Rioja no sería lo mismo sin vino. Proponemos el original concepto de Bodegas Aradon. Aradon fue una villa en tiempos romanos, pero desapareció misteriosamente. Cerca del antiguo asentamiento, Alcanadre cuenta con vecinos viticultores que rinden homenaje a aquel lugar, dando su nombre a caldos elaborados con uvas de viñedos antiguos, 500 hectáreas en las que trabajan 69 familias. «Los cultivan gracias al conocimiento transmitido generación tras generación», explican desde esta cooperativa que cuenta con el mayor número de mujeres viticultoras de La Rioja. Apúntate a la visita que incluye bodega y cata de 3 vinos con aperitivos locales. La segunda opción recala en la bodega Nestares Eguizábal de Galilea. «En 1998, quince años después de iniciar la plantación de nuestros primeros viñedos, decidimos comenzar a elaborar vinos propios, transmitir nuestra pasión», comenta Ramón. Sus vides se encuentran entre la meseta que separa el Valle de Ocón del de Jubera, en un altiplano. «Ofrecemos visitas a los viñedos y la bodega, catas de nuestros vinos donde explicamos el respeto a la naturaleza, vocación irrenunciable».

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La miel del tío Perico

Calzarse el traje protector para hacer una visita a las abejas da un toque aventurero a esta visita casi lunar, teniendo en cuenta el atuendo. Perico sabe transmitir lo que cuenta, genera interés en una audiencia a la que blinda para que las habitantes de la colmena no expliciten su molestia cuando se las distrae. Son un buen pelotón de currantas, servidoras de su reina, e incomodar a la monarquía no está bien visto en este espacio. Aprenderás la labor de obreras y zánganos, su organización. «Se comunican por el vuelo», aclara. Predispuestas a la sociabilidad, defienden sus dominios como miembros fieles de un vecindario. Tenerlas tan cerca, vigilar sus asuntos, resulta emocionante. Provoca pudor romper tanto ahínco por generar una miel que acabará en nuestro paladar. La cita finaliza con dulce cata del manjar dorado.

Para comer

El cochinillo de La Alameda. La Alameda

Salimos de casa con la idea de conocer sitios y de profundizar en sus secretos culinarios. En el Valle de Ocón reina el cerdo y para disfrutar de él elige La Alameda en Pipaona. Especialidad: cochinillo asado. «Nuestra misión es generar experiencias gastronómicas de calidad y sostenibles, poner en valor los productos locales», dice Blas, su chef. No dejes de probar los espárragos a la plancha o las verduritas asadas con salsa romanesco, deliciosas.

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Embutidos Luis Gil ofrece carnes frescas y ecológicas de calidad, embutidos artesanales y patés. «La producción ecológica une bienestar animal y medioambiente», explica Delia, una de las nietas que siguen la tradición familiar. Puedes visitar la finca, El Encinar de Ocón, donde «los cerditos se crían solos, a su antojo, de forma natural», agrega.

Cambiamos de animal con Huevocón, granja de huevos camperos en Molinos de Ocón. Allí las gallinas lucen plumas lustrosas, da gusto verlas. Proyecto familiar, «tratamos de hacerles la vida fácil, cuentan con parques exteriores y están alimentadas de forma sana», señalan. Así que acércate a comprar alguna docenita. Y si te gusta el aceite de oliva virgen extra, la marca Galilea, elaborada en el pueblo de mismo nombre, triunfa. Desde verano programan visitas al trujal con cata de aceites.

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Para descansar

Casa de la condesa

La Casa de la Condesa, en El Redal, es una buena elección. Edificio histórico de finales del XVI, repleto de literatura, su nombre no nace fruto de la casualidad pues en él habitan los condes –tendrás que ir para conocerlos–. Dispones de otras opciones: cuca es la Casa de la Abuela Bego; de aspecto rústico La Casona de Aldealobos; y si la prefieres con piscina, Los Nogales (610400259).

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