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Viernes, 27 de julio 2018, 11:25
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Comenzamos nuestro paseo por el firmamento por la constelación generalmente más fácil de localizar, la Osa Mayor, reconocible por la forma de gran carro de sus siete estrellas principales, que constituyen el Septentrión, de donde toma nombre el hemisferio norte o septentrional. Para localizar otras estrellas y constelaciones, estas nos servirán de punteros a partir de las cuales trazar líneas imaginarias; como por ejemplo, prolongando unas cinco veces la línea que une Dubhe y Merak (las dos que cierran el carro por detrás, que en esta imagen aparecen arriba) encontraremos la estrella polar o Polaris, en la constelación de la Osa Menor.
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La Osa Menor tiene una forma parecida a la Osa Mayor pero más pequeña y con estrellas más débiles; de hecho, la estrella polar , la más importante de esta constelación, no es la más brillante del cielo, como mucha gente piensa. Su importancia radica en el hecho de que se encuentra prácticamente en el polo norte celeste, el punto alrededor del cual giran el resto de estrellas desde el punto de vista terráqueo. La posición de Polaris indica la dirección norte y su altura sobre el horizonte equivale a la latitud del lugar de observación, de ahí su importancia para la orientación.
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Draco es una constelación de estrellas poco brillantes que serpentea entre las dos osas y cuya cabeza queda bajo el pie de Hércules.
4
Cerca de Polaris encontramos Cefeo, con estrellas poco brillantes y reconocible por las cinco principales en forma de casita; y Casiopea, con su característica forma de W e inmersa en la Vía Láctea. Hasta aquí las cinco constelaciones circumpolares más importantes visibles desde nuestras latitudes.
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Sobre nuestra cabeza destacará el triángulo de verano, formado por las estrellas más brillantes (de primera magnitud) de esta época, correspondientes a tres constelaciones diferentes: Deneb, en el Cisne (también llamada por su forma la cruz del norte), en plena Vía Láctea ; Vega, en la pequeña Lira; y algo más alejada, Altair, en la constelación del Águila, también en la Vía Láctea.
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El héroe del cielo de verano es Hércules (en esta imagen lo vemos boca abajo); debajo tiene aquí la constelación de Ofiuco y a la derecha, la Corona Boreal.
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Junto a la Corona Boreal aparece el Boyero, con forma de cucurucho, en cuya punta está la estrella Arcturus, la cuarta más brillante y de color anaranjado.
8-9-10
En el contorno, dependiendo de la hora, podremos recorrer parte del Zodiaco; aquí vemos Leo (8), Virgo, Libra, Escorpión (9), Sagitario (10, de nuevo en la Vía Láctea), Capricornio, Acuario y (solo asomando) una de las dos cabezas de Piscis, junto a Pegaso (11).
11
El gran caballo alado que se ve, aunque mejor en otoño, es Pegaso, rematando (arriba) en Andrómeda.
12
Lo mismo ocurre con Perseo, que aquí solo asoma por arriba. Es de donde parecen proceder las Perseidas del 11 de agosto.
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