Los contrastes de un paraíso natural

Desde las laderas y la cumbre a 1.101 metros del monte Yerga hasta las orillas del Ebro, los 194,12 kilómetros cuadrados de extensión del término municipal de Alfaro ofrecen una variada panorámica de paisajes en pleno contacto con la naturaleza. Y también con la historia de una ciudad que este año celebra el 2.200 aniversario de la fundación de sus raíces romanas, aquel Graccurris bautizado por Tiborio Sempronio Graco en el 179 antes de Cristo desde la base de la celtíbera Ilurcis.

Con la vid y otros cultivos abrazando buena parte de sus laderas, quien se adentra en el monte Yerga puede sumergirse en su carrascal y bosques de robles y pinos y encontrarse con su fauna como jabalíes, corzos, zorros...

Recorriendo sus faldas camino al casco urbano, la ruta se topa con el Carrizal de Cofín, uno de los mayores humedales de la región y declarado en el 2017 como 'área natural singular' por el Gobierno de La Rioja. Erigido como uno de los argumentos del paraíso natural alfareño, este corredor biológico muestra en sus 8,26 hectáreas la variedad y claves de las zonas esteparias a quienes lo recorren y respiran.

Entre los contrastes que surgen de Yerga a Cofín, atravesada la ingente zona de cultivos y frutales, el tesoro alfareño es la reserva natural de los Sotos del Ebro. El paisaje cambia de nuevo para invitar a caminar, prismáticos en mano, por los senderos de su zona protegida de 473,60 hectáreas y escudriñar la gran riqueza y variedad de aves que también disfrutan estos bosques de ribera. En el esplendor primaveral, surcan sus aires ya milanos negros, garzas reales e imperiales, patos azulones, cormoranes... Y, claro, cigüeñas.

Desde una de sus principales fuentes de alimentación, el visitante puede acompañar a las zancudas de regreso al casco urbano, a su casa, a la mayor colonia de cigüeña blanca del mundo sobre un edificio: 3.000 metros cuadrados de cubiertas de la Colegiata de San Miguel. Frente al monumento nacional declarado en 1976, el Centro de Interpretación de los Sotos del Ebro muestra su exposición permanente sobre los valores naturales de la reserva natural, incluido el recorrido para personas con dificultades visuales. Por las tardes cerrado y con aforo limitado, abre los sábados, domingos y festivos de 10 a 14.30.

Ya en el centro, aunque la pandemia ha clausurado la Semana Santa Verde -y tampoco la Quema de los Judas-, la verdura manda en los menús y pinchos de la hostelería en la que el visitante puede reponer fuerzas brindando con vinos de la zona.

Desde la inmensa fachada neoclásica de San Miguel, el visitante puede recorrer la historia alfareña desde los vestigios romanos del yacimiento de Graccurris o el Ninfeo a orillas del río Alhama hasta el patrimonio religioso de iglesias como la del Burgo, La Concepción o San Francisco y las ermitas de San Roque y el Pilar.

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