Un paseo con la mirada en las alturas

En la primavera de 2017, para embellecer la ciudad con motivo de la celebración de la exposición La Rioja Tierra Abierta, el Ayuntamiento apostó por adornar varias fachadas vacías con murales con distintos motivos. La primera gigantografía se recreó frente a la iglesia de San Cosme y San Damián, eje neurálgico de la exposición. El visitante que sale de su pórtico se encuentra con cuatro paredes 'habitadas' por diez especies de aves, reflejo de la diversidad natural del valle del Cidacos, zona especial de protección de aves y Reserva de la Biosfera.

El paseo baja por el casco antiguo para llegar al antiguo palacio del Arzobispo Argaiz, hoy Casa de Cultura y sede de la biblioteca municipal. Como una simbólica extensión de sus estanterías surge el bautizado como Espacio Leopoldo Alas Mínguez, en homenaje al autor que le nacieron en Arnedo y a la literatura.

Unos metros calle abajo, en el solar entre General Ruiz y Escuelas, surge 'Historias de Arnedo', que simula la pared de un hogar con múltiples retratos con referencias locales. El derribo de uno de los inmuebles que lo acogía partió por la mitad el mural.

El paseo se adentra en el Arnedo más reciente para, junto a la plaza Primero de Mayo, encontrar el mural de las zapateras, un homenaje a las mujeres y al oficio tradicional del calzado.

Uniéndose a esta muestra de su identidad, formada también por la pasión por el cine, el Festival Octubre Corto se sumó uniendo dos murales en Paseo Constitución: uno por su 20 aniversario en 2018 con Clint Eastwood con el personaje de Callahan y otro, en diciembre de 2020, para recordar a José Luis Cuerda con su 'Amanece que no es poco'.