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saioa echeazarra
Viernes, 10 de marzo 2017, 10:50
Es un paisaje único en el mundo, y siempre hay una buena excusa para redescubrirlo. Reconocido en el 2015 con el Premio Europa Nostra a la recuperación patrimonial, el Valle Salado les espera con un sinfín de experiencias culturales, de naturaleza, gastronomía La temporada de ... visitas, que se intensifica desde primavera hasta octubre, extiende propuestas para todo tipo de viajeros. Con más de 6.500 años de historia, este paraje en proceso de restauración se erige a partir de una espectacular arquitectura de terrazas de evaporación construidas en piedra, madera y arcilla y canales de madera que conducen el agua con sodio por gravedad desde los manantiales a los pozos y almacenes, así como por su rica biodiversidad salina y por la transmisión durante siglos de las técnicas tradicionales de producción.
Organicen una escapada inolvidable gracias a los alojamientos y mesas con encanto ubicadas en el propio municipio de Añana. La casa rural Madera y Sal (San Cristóbal, 3. Tfno 945 35 11 75) dispone de todo lo necesario para descansar con el máximo confort y en un enclave privilegiado. Además, permite llevar mascotas y dispone de bicicletas. Gesaltza Etxea (Perruchico, 1. 945 13 15 15), vivienda de 2 plantas situada en pleno casco urbano, puede hospedar de 8 a 12 personas. Y qué mejor que completar la estancia con una comida o cena en el restaurante Palacio de Añana (Plaza de los Ozpinas, 8. 945 56 79 68), cuya preciosa arquitectura se debe a la conservación de la estructura original del edificio barroco del siglo XVIII. Con 5 salones y capacidad para 120 comensales, una amplia terraza ofrece inmejorables vistas al Valle Salado, junto a una zona infantil. Con opción de carta o menú, la cocina marida tradición y productos del territorio y de temporada con técnicas innovadoras.
Para explorarlo a fondo, la vía más directa es la visita Valle Salado (6 euros), ideal para quien se acerca por primera vez. Entre primavera y otoño, el trayecto se puede completar con el spa salino al aire libre, en cuyas aguas con propiedades terapéuticas podrán sumergir pies y manos cansados. Hay muchas, muchísimas más alternativas, como el Taller salinero (7 euros), la oportunidad de experimentar de forma lúdica y divertida cómo se produce este mineral. Se recomienda participar en familia, ya que por un día aprenderán este antiguo oficio.
Otra opción es la cata de sal (3,5 euros), que les permitirá conocer este ingrediente empleado en restaurantes de todo el mundo con estrellas Michelin. Desarrollada por el Laboratorio de Análisis Sensorial de la Universidad del País Vasco, con esta prueba se evalúa de forma sencilla pero con profesionalidad la apariencia y las sensaciones olfato-gustativas de las diferentes variedades de sal: mineral, en flor, líquida y chuzo. Todo combinado con especias de cayena, tomate, ajo, finas hierbas y hierbas provenzales; con aceituna verde y aceituna negra; y con vino.
Aparte, en el corazón del enclave aguarda otra expedición a los manantiales como el de Santa Engracia (9 euros incluyendo spa), el de mayor caudal. Solo aquí podrás observar cómo brota la salmuera y qué sistemas se han empleado desde milenios atrás para repartir el preciado líquido elemento por toda la explotación, a través de un sistema de canales, como venas y arterias en el cuerpo humano, que reparten el mineral por todo el paisaje hasta los pozos y eras.
Jardín botánico
Son muchos los itinerarios para perderse por la tierra del oro blanco, que se pueden combinar con recorridos conjuntos. Uno de ellos al Jardín botánico de Santa Catalina (por 8 euros, niños gratis y reservas en el 680 47 01 46), que aúna arquitectura, historia y naturaleza. A 12 kilómetros de Vitoria se localiza este rincón con 500 especies de los cinco continentes que se han adaptado a las bellas ruinas de un palacio-convento con más de siete siglos de historia.
Asimismo, otro pack alterna el Valle de Añana con las bodegas Marqués de Riscal en Elciego (13 euros, niños gratis y reservas en el 945 18 08 88), diseñadas en titanio por Frank Gehry. Y si lo que se pretende es apreciar dos iconos de Álava en un único día, la salida perfecta une las Salinas con la Catedral Santa María de la capital del territorio (11,20 euros, niños por 0,80 y reservas en el 945 25 51 35). Igualmente sometida a una ambiciosa recuperación con el plan Abierto por obras, este templo de estilo gótico iniciado en el siglo XII inspiró la segunda parte de Los Pilares de la Tierra de Ken Follet.
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