Con ustedes... el Darien

Con estos ingredientes, Suárez se afanaba en mantener la concentración de los suyos para preparar el partido contra el Villa de Aranda. Y es que el asturiano intenta mantener un cierto ambiente de normalidad dentro del maremágnum que ha desatado la trayectoria de los suyos.

Lo mejor de toda la semana es que no hay bajas. Nadie tiene molestias y Barbón, que en Granada recibió un fuerte golpe que le produjo una desviación del tabique nasal, trabajaba con absoluta normalidad.

La plantilla rezuma ilusión y buen humor. Los franjirrojos están, eso sí, con unas ganas enormes de que comience el partido. Toda la plantilla es consciente de que están a un paso de hacer historia y todos quieren aportar su granito de arena.

Enemigo difícil

Nadie pasa por alto que el Villa de Aranda va a plantar cara. En esta competición tan igualada, las sorpresas están a la orden del día. De todas maneras, en el seno del Darien se tiene la sensación de que el peor rival es el propio Darien. La necesidad de ganar y de agradar pueden jugar en contra de un colectivo que se ha hecho grande cuando ha funcionado como un bloque, pero que ha naufragado cuando se han perdido esas señas de identidad.

Tampoco se quiere estar a expensas de regalos. La principal preocupación de Suárez es que los suyos juegen como saben y no piensen en lo que suceda en Cuenca. El inicio del partido en El Sargal a las siete puede propiciar que los franjirrojos sean de Asobal en el descanso; pero, para evitar sorpresas, es mejor ganar.