
RAFA ELÍAS
Viernes, 5 de mayo 2006, 02:00
Ayer, desde la apertura de las oficinas, a las siete de la tarde, el goteo de aficionados fue constante. Gente de todo tipo se acercaba hasta el Palacio de los Deportes para comprar su entrada. Entre todos había un denominador común: el convencimiento de que el sábado el Darien será de Asobal.
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Lo cierto es que los propios directivos del club estaban superados por la situación. Nadie contaba con una respuesta de tal calibre y al final todos echaban una mano para agilizar la espera. El público aguardaba impaciente y se sorprendía por ver a alguno de los jugadores del Darien Logroño comprando sus entradas. Por allí pasaron los porteros Gurutz Aguinagalde y Óscar Santibáñez, entre otros.
Entre todo el rosario de aficionados había gente como Dani Río, un joven logroñés que reconocía que nunca había asistido a un partido de balonmano: «El que me ha animado ha sido mi hermano. Voy a venir con un amigo a descubrir a este equipo. Creo que el resultado será 30-25», aventuraba.
En cambio, Armado Bergasa es un habitual del Palacio y ahora espera inculcar la afición a sus nietos: «Suelo venir con mi hijo y mi nuera. El sábado vienen también los nietos y espero que disfruten de una jornada inolvidable», afirmaba esperanzado.
El lleno está asegurado y Logroño y La Rioja disfrutan con el balonmano. En las conversaciones de café sale a relucir la trayectoria del Darien y sus verdaderas posibilidades de conseguir el ascenso a la mejor Liga del mundo.
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