
PABLO ÁLVAREZ.
Jueves, 5 de enero 2006, 01:00
Era cosa de verlo: los casi dos metros y cien kilos de Lubomir Vermirovsky se deslizaban sobre el hielo de la pista logroñesa como un tren expreso. Pero con más delicadeza: para adelante, para atrás, saltando...
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No era una nueva experiencia de entrenamiento del técnico Alberto Suárez. Era algo más social: los jugadores y el cuerpo técnico del Darien se acercaron a la pista provisional de hielo instalada durante estas navidades en la Plaza del Mercado. Allí repartieron autógrafos, globos, entradas para su próximo partido (el día 17, contra la selección de Brasil), se hicieron fotos... Y el que quiso se atrevió con el hielo.
No fueron muchos, la verdad. No era que hubiera miedo a lesiones o cosas así. El propio Suárez recordaba el caso de un ex jugador suyo que, hace unos años, se lesionó bajando la basura. «Como vayas a tener miedo por eso, no haces nada», aseguraba.
Atrevidos
Pues eso: que si no patinaron más era básicamente por... digamos falta de calidad. Algunos osaron, como el preparador físico Luismi Ascorbe o el portero Gurutz Aginagalde, entre otros. Desde la barrera, sus compañeros recibían con ovaciones cada resbalón de los patinadores. Pero ellos, al menos, se habían atrevido, oye.
Mientras, Lubo iba a lo suyo: pasaba al ladito de sus más torpes compañeros a toda velocidad, y parecía que fuera a tirarles al suelo sólo con el aire desplazado.
En fin. Tras el asueto, la plantilla volvió al trabajo. Quedan muchos días para la reanudación dela liga, y hay que llegar preparado: viene el momento decisivo.
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