En un futuro no muy lejano nuestro planeta, afectado por un terrible apagón tecnológico, está dividido en diversos territorios controlados por diferentes tribus. No todas se llevan bien y la lucha por el poder está al orden del día
Las distopías, en la pequeña y gran pantalla, popularizadas desde antaño por la literatura, dan la voz de alarma sobre problemas de hoy llevándolos al extremo en una civilización futura, en otro tiempo, espacio o dimensión paralela. La serie 'Tribus de Europa', estrenada en Netflix el pasado fin de semana, se une a esta tendencia desde Alemania, presentando un mundo postapocalíptico donde la lucha por el poder y los territorios enfrenta a varias sociedades ficticias en el año 2074. El grupo de jóvenes protagonistas, tres hermanos bien avenidos, viven escondidos en el bosque, sin la necesidad de la tecnología, perfectamente integrados con la naturaleza. Su armonía plena sufre el ataque de los Cuervos, un ejército despiadado que pretende dominar el continente a base de invadir, exterminar y explotar a un sinnúmero de esclavos. Los arcos y las flechas no pueden con el fiero enemigo, cuya relación con el mundo es la violencia, las armas de fuego y las espadas. Tras una brutal catástrofe, conocida como el gran apagón, Europa se divide en varias zonas lideradas por diferentes tribus que se ven en la tesitura de aliarse para acabar con un amenaza exterior mucho mayor o luchar entre sí sin otro objetivo que dominar a los demás.
La recreación de distopías viene de lejos y su moda no cesa. Adaptar a la gran pantalla novelas aplaudidas por el público juvenil que describen un mundo futuro nada esperanzador, las mismas que nutren la zona etiquetada como 'young adult' en las grandes superficies de venta, está al orden del día. 'Los juegos del hambre', 'El corredor del laberinto' o 'Divergente', producciones con las cuales 'Tribus de Europa' tiene evidentes puntos en común, son buenos ejemplos de 'exploitation', propuestas que exprimen la necesidad de evadirnos, aunque, como se cita en 'Ready Player One', «nos hemos acostumbrado a sobrellevar los problemas, no a solucionarlos». Es decir, disfrutamos con las parábolas sociales que nos presenta el cine, o las metáforas que exponen las series sobre el comportamiento del género humano, pero no nos aplicamos la moraleja del cuento. 'Los 100', ejemplo serializado pensado para el público juvenil que narra la lucha por la supervivencia de un centenar de personas después de un apocalipsis nuclear, mezclando, acción y aires de culebrón, también es fuente de inspiración del estreno que nos ocupa, cuya primera temporada, con seis episodios de duración, es de fácil digestión. Creada por Philip Koch ('Outside the Box', 'Picco'), el periplo del trío protagonista, miembros de la pacífica tribu de los Origine, les lleva a dividirse tras la devastación de su poblado. En parte, su ruta puede recordar a un filme de culto, 'The Warriors' aka 'Los amos de la noche', cuyo esquema se basa en la huida desesperada de una banda callejera a través de diversos territorios controlados por otras tribus urbanas, cada cual con sus peculiares características.
Un fotograma de 'Tribus de Europa'.
'Tribus de Europa', producida por los mismos estudios que la serie 'Dark', es un mosaico de referencias legibles que se ve con agrado, una vez aceptados los códigos. Su falta de complejidad es su mayor reclamo. Además, su primera sesión esboza una retahíla de ideas que, bien encaminadas, pueden ofrecernos buenos momentos en próximas temporadas. Viene a ser una presentación del complicado mundo futuro en el cual se desenvuelven los acontecimientos. Como pasaba en 'Juego de tronos', hay un mal mayor que puede acabar con la raza humana (una especie de la Nada de 'La historia interminable'). Las alianzas en pos de la supervivencia de los clanes son inevitables, pero la traición y las peleas por los liderazgos también. La serie plantea una Europa dividida que no desentona con la actualidad, con el 'brexit' planeando sobre nuestras cabezas, entre otro conflictos internacionales. Hay escenas violentas explícitas y algunos momentos perturbadores, servidos en bandeja por una de las siniestras líderes de los Cuervos. Emilio Sakraya ('La monja guerrera'), Melika Foroutan ('Mediterráneo'), Henriette Confurius ('Niebla en agosto'), Oliver Masucci ('El año que dejamos de jugar'), Oliver Masucci ('Dark'), James Faulkner ('Philophobia') y Ana Ularu ('Musa') forman parte del reparto de una propuesta que puede complementar un entretenido doble pase junto a otra serie alemana recomendable, 'Bárbaros', también disponible en Netflix. Hay que agradece a la popular plataforma la visibilidad de producciones de nacionalidades poco reconocidas en el medio audiovisual.
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