'S.O.Z. (Soldados o zombies)': Narcos contra no-muertos
Primera temporada ·
La fórmula de mezclar zombies con cualquier otro estereotipo de la ficción audiovisual sigue dando frutos. Ahora le toca el turno a los narcos mexicanosSecciones
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Primera temporada ·
La fórmula de mezclar zombies con cualquier otro estereotipo de la ficción audiovisual sigue dando frutos. Ahora le toca el turno a los narcos mexicanosSergio Peris-Mencheta, el Capitán Trueno accidentado en la gran pantalla, cuenta con una trayectoria internacional in crescendo que se ha traducido últimamente en varios papeles de villano implacable. En la última entrega de la saga que encumbró a Sylvester Stallone como héroe de acción, ' ... Rambo: Last Blood', encarnaba a un sujeto malencarado vinculado a un red de trata que se enfrentaba a un crepuscular John Rambo junto a Óscar Jaenada, compañero de fatigas criminales en la ficción, con quien también comparte secuencias en 'Xtremo', ejerciendo ambos de histriónicos malhechores de la función. Matones sin escrúpulos al servicio de una propuesta de acción inusual en nuestra cinematografía, con buenas escenas de mamporros, un fenómeno reciente en Netflix, donde se estrenó directamente. En 'S.O.Z. (Soldados o zombies)' el actor español, también alabado dramaturgo -su crónica teatral 'Lehman Trilogy' es apoteósica- y excelente jugador de rol, interpreta a un capo del narcotráfico que se escapa de la cárcel emulando la famosa fuga de El Chapo, con un túnel subterráneo. En su huida a tiro limpio, el mismo día de su cumpleaños, se topa con un ejército de zombies con uniforme.
'S.O.Z.', no confundir con el culebrón bélico turco, mezcla zombies y narcos, en una hábil maniobra en pos del entretenimiento. La moda de los muertos vivientes en el negocio del ocio parece no tener fin. Unir a los cadáveres andantes devoradores de cerebros con cualquier cosa que se nos pase por la cabeza genera suculentos mixes audiovisuales de serie B y Z, a veces con pasta pero compartiendo el mismo espíritu. Amazon Prime Video ha apostado por esta fusión delirante, dividida en ocho entregas, de apenas 25 minutos cada una, rodada en México. De fácil digestión, la recuiente apuesta de la plataforma de video bajo demanda de la gigantesca empresa de venta online tira de tópicos sin rubor ya desde su inicio. Los experimentos en un laboratorio militar derivan en una carnicería imaginable. El punto de partida es un cochinillo zombie que muerde a una patrulla cerca de la frontera con EE UU. Peris-Mencheta, cuyo físico imponente le va al pelo a su rol, pone acento mexicano a su personaje, cuya pesadilla comienza al salir de la institución penitenciaria por la puerta de atrás. El popular narcotraficante Alonso Marroquín escapa de prisión, pero las autoridades le pisan los talones mientras sus enemigos mafiosos, léase la competencia, quieren su cabeza en una bandeja de plata, lo que da pie a la traición. Para aderezar el enredo, los no-muertos entran en escena retorciendo la avalancha de adversidades.
'S.O.Z.' no pretende inventar nada, es sincera en este sentido, y dado su formato y minutaje se ve con facilidad. Su mayor problema es que tarda en arrancar, y no va sobrada de escenas de acción, pero como se suele comentar entre los amantes del género fantaterrorífico, nada que tenga zombies puede ser aburrido. Hay zombies para todo. Ya vio la luz en pleno gran confinamiento 'Corona Zombies', primer filme que explotaba la pandemia, con poca vergüenza y escasos medios. La productora de culto Full Moon estaba detrás de este despropósito de apenas una hora de duración que buscaba la complicidad del espectador, no siempre encontrándola. Los muertos vivientes se han pegado con vampiros y hombres lobo, hasta con Bigfoot. Hay un tiburón zombie, castores carnívoros con los ojos en blanco, nazis que vuelven de la tumba sedientos de sangre, zombies atómicos, espaciales, ninja y rockeros. Existe 'Dead sushi', donde el manjar nipón cobra vida y asesina sin contemplaciones mordiendo a su presa, y cualquier elemento que imaginemos puede regresar de la tumba para comerse a los vivos. Ningún género se resiste al poder de los resucitados, ni la comedia ni el musical ni el western, incluso el drama. Por tanto, que un grupo de narcotraficantes se enfrente a una suerte de fuerzas especiales en clave revivida es un paso natural en la evolución de una tendencia aparentemente imparable.
El maquillaje y los efectos visuales funcionan bien en 'S.O.Z.', proyecto creador, curiosamente, por un documentalista, el cineasta argentino Nicolas Entel, responsable de 'Yasumi' y 'Pecados de mi padre', este último centrado en el hijo de Pablo Escobar, Sebastián Marroquín, cuyo apellido toma el personaje que defiende Peris-Mencheta. Fátima Molina ('¿Quién mató a Sara?'), Horacio García Rojas ('Narcos: México'), Adria Morales ('La Reina Soy Yo'), Toby Schmitz ('Black Sails'), Steve Wilcox ('Swamp Thing') , James Moses Black ('This Is Us'), Jorge Jiménez ('Narcos:México ) y Vico Ortiz ('Todo va a ir bien') forman parte del casting principal. El escenario es México, concretamente Durando, lo que da pie al retrato de la corrupción y la parábola social, habituales en el subgénero zombie, aunque aquí los americanos no son los ciudadanos ejemplares. Un producto multicultural con olfato comercial que cuenta con temazos en su banda sonora a cargo de Molotov, Control Machete, T. Rex feat. Ringo Starr, Elton John o Nine Inch Nails, entre otros.
La primera temporada está disponible en Amazon Prime Video.
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