La distopía sobre vías cae en un profundo abismo en su tercera temporada, a falta de conocer el final definitivo de la historia en su cuarta y presunta última sesión. La decisión de limitar la presencia de algunos personajes con carisma ha desconcertado a la audiencia
Llamar la atención del espectador con una sugerente primera temporada, fidelizar a los seguidores y conseguir enganchar a nuevos devotos con una notable continuación y alimentar el fenómeno fan con una tercera entrega que amplíe todavía más el abanico de público. Estas son las tres ... fases básicas que hay que superar para que una serie logre calar sin la necesidad de mostrar grandes virtudes artísticas, consiguiendo una gran audiencia gracias a su presencia en Internet y el boca-oreja. Tan iluminada meta no siempre se pisa, independientemente de la calidad de la producción. Muchos proyectos caen por el camino, mientras otros siguen, inexplicablemente, en la parrilla. Un ejemplo es 'Snowpiercer', la serie de ciencia ficción distópica ofertada por Netflix que cuenta con una película previa basada en un cómic. Costó terminar con la tanda inicial de capítulos frente a la pantalla. La irregular segunda oleada de episodios se libraba de la quema por tomar algunas decisiones algo alocadas que daban pie a algunos giros de guión inesperados pero esta última parte ha resultado soporífera. Prescindir del carisma de Jennifer Connelly, probablemente porque la conocida actriz necesitaba un descanso para afrontar otros trabajos de mayor peso, ha sido letal para una historia alargada sin un claro criterio.
La posibilidad de ver un capítulo de estreno a la semana ha permitido suavizar la sensación de perdida de tiempo que finalmente deja la tercera temporada de 'Snowpiercer', un despropósito en comparación al material de partida, que ha ido perdiendo energía como el propio tren donde transcurre el relato. Recordemos que esta historia futurista, quizás a la vuelta de la esquina, tal y como va el globo terráqueo últimamente, parte del cómic 'Le Transperceneige', obra de Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb, publicado en una edición integral bajo el título 'Rompenieves' por Norma Editorial en nuestro mercado. Antes de convertirse en una serie se estrenó en formato cinematográfico, con dirección de Bong Joon-ho, en algunas salas selectas por estos pagos, con distribución de La Aventura -la misma empresa que apostó por 'Parásitos'-. En la recomendable adaptación ya figuraba Park Chan-wook, responsable de la genial 'Old Boy', en la producción ejecutiva, labor invisible que continúa, supuestamente, en el relato serializado que nos ocupa junto al propio Joon-ho, atractivo principal para degustar una producción fragmentada que se aleja del filme, que lucía más cuidado visualmente, con un humor negro latente y escenas impactantes.
¿La vencida?
La segunda temporada de 'Snowpiercer' acaba en alto, con un cliffhanger tan gratuito como efectivo. El tercer lote de episodios parte de ahí con poco fuste desde el encendido. El personaje de Connelly sigue en paradero desconocido, no se sabe si con vida o sin ella. Aparece en algunas visiones que tiene el coprotagonista de la aventura, quizás el líder de la resistencia más antipático de la historia del género, interpretado por Daveed Diggs. A pesar de su currículum, este cantante y actor, galardonado con un premio Grammy y un premio Tony por sus papeles de Marqués de La Fayette y Thomas Jefferson en el musical de culto 'Hamilton', no logra elevar un rol carente de punch que se va hundiendo episodio a episodio. Cae fatal al espectador, cuando su objetivo es lo contrario. Para colmo, a algún avispado guionista se le ocurrió en esta última sesión cargarse a algunos personajes mucho más interesantes que han ido creciendo a lo largo de la contienda y aquí desaparecen… por completo.
El cabecilla de la revuelta de los colistas es insoportable. Un revolucionario de manual al que hace sombra sin esfuerzo el resto del reparto. La ficción logra enganchar si nos olvidamos del funcionamiento racional de la locomotora, entre otros detalles técnicos. Todo lo que acontece en la maquinaria del tren carece de sentido. Cualquier excusa es válida para que siga funcionando atravesando el paisaje helado. Los giros de guión escasean esta vez y el villano encarnado por Sean Bean, el obsesivo Wilford, pierde fuelle y protagonismo. Sus planes maquiavélicos dejan de tener gracia, mientras las referencias políticas, de trazo grueso, se suavizan y la crítica social pasa a ser de pandereta. Atrás quedan algunos logros, como el despunte de los personajes femeninos que tomaron entidad en su anterior temporada. No deja de ser un culebrón, esta vez con menos escenas de acción. En la próxima sesión, la cuarta y última, concluirá el apocalipsis.
La película
'Snowpiercer (Rompenieves)' (2013) es un buen thriller de acción con toques fantásticos. Pudo verse en España en su versión extendida, sin cortes ni censuras. En su momento fue el título más caro de la historia del cine surcoreano, con coproducción estadounidense: cuarenta millones de dólares de presupuesto, recuperados en tan solo diez días de taquilla. En un mundo post-apocalíptico, con ecos de '1984', de George Orwell, y 'Un mundo feliz', de Aldous Huxley, el planeta ha sufrido una terrible helada que ha acabado prácticamente con todo ser vivo sobre la Tierra. Únicamente sobreviven unos pocos elegidos, y algunos polizones, en un largo tren que no puede parar jamás, o el hielo destruirá lo último que queda. El calentamiento global acabó con casi todo. El Rompenieves se mueve en círculos por el mundo, con un motor en perpetuo movimiento, a través de un desierto blanco. Los vagones están divididos en clases sociales, con los poderosos al mando en los primeros puestos, disfrutando de placeres mundanos, y los pobres en la cola, hundidos en la miseria, una metáfora evidente. De esta idea parte también la serie, protagonizada intermitentemente por Jennifer Connelly. La versión dirigida por Bong Joon-ho, encumbrado tras el éxito mundial de la oscarizada 'Parásitos', cuenta con Chris Evans, Tilda Swinton, Jamie Bell, Song Kang-ho, John Hurt y Ed Harris en su reparto principal.
'Snowpiercer' está disponible en Netflix.
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