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La llamada tercera edad de oro de las series ha universalizado una figura que aunque siempre ha estado presente en el mundo de las series no contaba con la relevancia obtenida en los últimos años. Se trata del 'showrunner', nomenclaura en la que ... se engloban aquellos autores de títulos que además de escribirlos se encargan de impulsar y poner en marcha los proyectos. Es decir, van más allá de la elaboración de la idea y el guión para convertirse en promotores de la producción, lo que cual aumenta su implicación y permite un mayor control del producto final.
De este modo nombres como los de J. J. Abrams y Damon Lindelof (los que tienen la culpa del final de 'Perdidos'), Shonda Rhimes (la artífice de 'Anatomía de Grey' o 'Scandal') o Ryan Murphy ('American Horror Story', 'Feud' o 'Pose') han adquirido una relevancia extraordinaria y son tan conocidos como algunos actores. Son los todopoderosos padres de las ficciones y despiertan filias y fobias como cualquier estrella de Hollywood. La paridad entre el cine y la tele era esto.
¿Existe esta figura en España? Sí. Y no es nueva. En los años 90 Daniel Écija se convirtió en el promotor de éxitos que cambiaron el audiovisual nacional, como 'Médico de Familia' o 'Periodistas'. Hoy en día algunos han seguido la estela de aquel (Ramón Campos, los hermanos Caballero u Olivares) aunque no todos se sienten a gusto con ese término y prefieren denominarse productores ejecutivos a secas.
Lo que, de todos modos, demuestra esta necesidad de hacer visible y poner nombre a la cabeza del proyecto es que cada vez hay más espectadores que se guían, a la hora de escoger un título, por quien sea quien lo comande. Esto era algo habitual en el cine (ir a ver la última de Almodóvar, de Medem o de Amenábar), pero no tanto en la tele. O al menos en España. Ante este panorama, ¿qué ha hecho Movistar? Involucrar en sus proyectos a profesionales con trayectoria cinematográfica y con un público ya ganado. No son 'showrunners' al uso porque no tienen el control absoluto de la obra pero sí la suficiente libertad como para plasmar su sello en el resultado final. Así en 'La Peste' hay rasgos característicos de trabajos anteriores en pantalla grande de Alberto Rodríguez, como 'La isla mínima', o en la serie 'Félix' se reconocen trazos de películas de Cesc Gay como 'V.O.S.' o 'Ficció'.
El último en entrar a esta nómina ha sido Urbizu. Si hay un cineasta patrio con un universo reconocible ese es el director vasco, que ha labrado una trayectoria con un estilo y temas muy significados, como son la corrupción, los excesos del sistema capitalista o las diferencias de clases y de razas. Esto estaba en 'Todo por la pasta' (uno de sus primeros filmes) y han marcado sus últimos trabajos ('La caja 507', 'La vida mancha' o 'No habrá paz para los malvados'). De ahí se entiende que Movistar haya encargado a Urbizu un proyecto en el que sea fiel a él mismo. Así es más fácil de vender (no es preciso contar el tono porque todo el mundo reconoce el imaginario del realizador) y ya hay un público asegurado que suele consumir los trabajos del director.
En 'Gigantes' (que estará disponible completa, los seis capítulos, a partir del 5 de octubre en Movistar) están presente la corrupción, los efectos en nuestra sociedad de pelotazos y burbujas, las luchas de poder, las desavenencias familiares, las diferencias de pieles... Es Urbizu en estado puro. Pero esta vez lo que ha hecho es una serie y no una película y se ha aprovechado de las herramientas que ofrece este medio.
Habrá que ver cómo evoluciona este boom y comprobar hasta qué punto están dispuestos a involucrarse los autores en la producción de títulos más allá de escribir el guión y de concebir la propia historia. El trasvase de figuras del cine a la tele no es nueva. David Lynch fue un pionero en estas lides con 'Twin Peaks' y después llegaron David Fincher (de 'House of cards' a 'Mindhunter'), las hermanas Wachowski ('Sense 8') o Steven Soderbergh ('The Knick'). Algunos llegaron pero prometieron no volver jamás, como Woody Allen, que no terminó satisfecho de su labor en 'Crisis en seis escenas'. No todo el mundo vale para la tele y a muchos les sucede que creen que rodar una serie es como partir una película en partes. Y no, no es lo mismo. Esto no funciona. Algún caso reciente similar ha sucedido en España también.
A este trasvase de nombres se unirá próximamente Paco León, que ha parido para Movistar 'Arde Madrid', y Leticia Dolera, que prepara 'Déjate llevar' para la misma plataforma. Por su parte El Deseo también ha llegado a un acuerdo con Netflix para poner en marcha una serie, aunque han descartado que sea Pedro Almodóvar el que comande el proyecto. Al parecer, según su hermano, el director se encuentra más a gusto rodando películas que otros formatos.
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