Secciones
Servicios
Destacamos
Hay personas a las que les gustaría haber nacido en otra época. Nostálgicos de un pasado que no vivieron, lo pasan por el filtro de la creación, lo embellecen y lo traen al siglo XXI para disfrutarlo en diferido y convertirlo en entretenimiento de calidad. ... Una de esas personas es Julian Fellowes, guionista de 'Gosford Park' (con Oscar incluido) y 'La reina Victoria', y creador de series como 'Downton Abbey' o 'Un juego de caballeros'. Fellowes, o mejor dicho, el barón Fellowes of West Stafford, añora un tiempo en el que el mayordomo te planchaba el periódico. Quizás, por eso, gran parte de su trabajo para cine y televisión resulte tan placentero de ver como llevar la vida de un lord inglés.
En 'La Edad Dorada', cuya segunda temporada se emite en HBO Max, la mirada de Fellowes cambia de rumbo, y va de la campiña inglesa a un proto Manhattan en pleno crecimiento económico, la misma época que Edith Wharton aborda en 'La edad de la inocencia' y Scorsese adapta al cine. En su serie, Fellowes trata un tema del que ya habló en 'Belgravia': el dinero nuevo frente al dinero viejo, o cómo los recién enriquecidos tienen que hacer frente al desprecio con el que son recibidos por los millonarios de toda la vida.
El dinero, por lo visto, también tiene clases. Y cada una de ellas no podía estar mejor representada: Christine Baranski interpreta a la adinerada, desde hace generaciones, Agnes van Rhijn, la sarcástica heredera de la casa Brook que da las mejores réplicas de la serie, tanto que nos recuerda a la condesa viuda de Grantham en 'Downton Abbey' («¿Qué es un fin de semana?»), mientras que Carrie Coon encarna a Bertha Russell, casada con el magnate del ferrocarril George Russell (Morgan Spector) y decidida a abrirse sitio a codazo limpio en una sociedad que la mira por encima del hombro por ser una nueva rica que hace ostentación constante de su fortuna.
En esta segunda temporada, el elemento de confrontación es un palco en la ópera, todo un símbolo de status en aquella época: ante la negativa de la sociedad más rancia a que los Russell consigan un palco en la Academia de la Música, estos deciden plantar cara impulsando la creación del Metropolitan Opera House. Curiosamente, a Bertha Russell ni siquiera le gusta la ópera, pero no soporta verse ninguneada por los patricios neoyorquinos. La historia ocurrió realmente; de hecho, los Russell son un trasunto de los Vanderbilt, patrocinadores del Metropolitan junto con otras familias adineradas del momento, como los Morgan y los Rockefeller.
Pero Fellowes no solo aborda la confrontación entre el dinero viejo y el nuevo, sino también la existente entre los que lo tienen y los que no: la trama baja por las escaleras de las mansiones hasta el piso inferior para explorar cómo viven los criados, y vuelve a subir para ver sus relaciones con aquellos a los que sirven. Además, en 'La Edad Dorada' se expone en el tema de la discriminación racial a través del personaje de Peggy Scott (Denée Benton), el de la homosexualidad (Oscar, el hijo de Agnes van Rhijn, tiene que encubrirla proponiendo matrimonio a las jóvenes millonarias casaderas) o las condiciones miserables en las que trabajan los empleados del ferrocarril. Pero estos temas no son una prioridad narrativa para Fellowes. Él no es Ken Loach. Ni lo pretende.
Por lo demás, y aunque esta segunda temporada abre nuevas tramas, Fellowes vuelve a caminar por terreno conocido. Por un lado, un reparto de campanillas: además de las infalibles Baranski y Coon, Cynthia Nixon retoma su papel como Ada Brook, la mojigata hermana menor de Agnes; Louisa Jacobson Gummer hace lo propio al interpretar a la sobrina de Agnes y Ada, y mientras que el personaje de Nathan Lane gana peso al estar en medio del fuego cruzado de la guerra de la ópera, Robert Sean Leonard aparece en escena como un vicario recién llegado a la ciudad. Por otro lado, nos reencontramos con las mansiones, los sombreros imposibles, los vestidos que crujen al andar, los salones de baile, las copas de champán, los diálogos brillantes y el entretenimiento opulento. Fellowes nos sigue dando todo lo que nos gusta.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.