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Un boliviano, una transexual, un gordo, un ciego, un viejo sordo, un enano y una chica en silla de ruedas. No son los protagonistas de un chiste de Arévalo, sino de 'División Palermo', la nueva serie argentina de Netflix que, a base de saltarse los ... límites de la corrección política con mucho humor, ha sido un éxito rotundo en su país.
'División Palermo' cuenta los avatares de la Guardia Urbana de Buenos Aires, un cuerpo inclusivo con el que se pretende proteger a la población de incidentes menores pero que, en realidad, es un ejercicio de marketing gubernamental destinado a mejorar la imagen de las fuerzas del orden. Al frente del grupo, y como no podía ser de otra forma tratándose de una serie argentina, hay un psicólogo, que es la encarnación del buenismo y del optimismo más desbordante. Por casualidad, también se suma a la división un judío, Felipe Rozenfeld, un perfecto inútil de piernas largas que acaba de ser abandonado por la novia, y cuyo personaje es el eje central de la trama. El papel está interpretado por uno de los artífices de la nueva comedia argentina, Santiago Korovsky, que es creador, guionista y director de la serie, y al que tuvimos oportunidad de ver actuando en 'El Reino' o en 'Mi obra maestra'.
El inicio de 'División Palermo' nos da muestras de por dónde van los tiros, figurados y reales (los miembros de la unidad acabarán enfrentándose a una banda de narcotraficantes). Y Santiago Korovsky dispara a todos lados: con buena puntería, con gags hilarantes y mucho sentido del ritmo, ridiculiza a la policía, a las charlas motivacionales, a los políticos, a las falsas proclamas sobre la inclusión y la diversidad y a todo lo que se le ponga por delante. Además, tal y como declaró el propio Korovsky, la serie también «se ríe de nuestras propias torpezas cuando queremos ser políticamente correctos. Y hay una burla a las instituciones que buscan mostrarse modernas e inclusivas, pero sin hacer verdaderos cambios de fondo».
La acción avanza a través del intento de resolver la trama policial, las interacciones entre los miembros del grupo, la relación de estos con la policía y los amores entre Felipe y Sofía (Pilar Gamboa), la chica de la silla de ruedas. Y nos regala escenas tan hilarantes como la que se desarrolla en el interior de un coche patrulla mientras suenan 'Amistades Peligrosas', el tratamiento en Photoshop del cartel promocional de la Guardia Urbana para hacer más evidente la discapacidad de sus integrantes, o el momento en el que Felipe mantiene sexo con Sofía. O 'Rueditas', como la llaman. Acabáramos.
Mordaz e irreverente, la misión de 'División Palermo' es llevar hasta el límite la máxima 'ni un colectivo sin ofender'. Pero es una serie tan ácida, tan divertida y tan redonda que es menos probable que se ofendan los propios que los ajenos. Estos, en caso de querer hacerlo, disponen de ocho capítulos de media hora escasa de duración. Y, visto el final, podrán seguir ofendiéndose con una segunda temporada. Qué bueno que viniste, Korovsky. Y aún será mejor que vuelvas.
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