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Ser Larry David no es fácil, aunque resulta de lo más apetecible: ¿quién no quiere convertirse en un tipo millonario y semiretirado que juega al golf y dice y hace lo que le da la gana? Para ello, aparte de un talento descomunal, una capacidad ... enorme para reírse de uno mismo y un bisturí afilado para diseccionar al género humano, hacen falta más cosas. Ahora que la serie ha llegado a su fin, repasemos qué requisitos son necesarios para convertirse en el sujeto más talentoso de la comedia televisiva.
1) Ser coautor de 'Seinfeld', una de las mejores series de la historia, y repetir la hazaña en solitario con 'Curb your enthusiasm'.
2) Trabajar sin prisas, cuando apetezca: han sido doce temporadas rodadas a lo largo de veinticuatro años. Sí, hay que tomárselo con calma.
3) Rodearse de cómicos y actores tan inteligentes como el propio David, tanto que sean capaces de improvisar diálogos descacharrantes con apenas unas pinceladas de la escena.
4) Conseguir unos cameos que son el Gotha artístico de buena parte del siglo XX y del XXI, desde Martin Scorsese, que aparece dirigiendo a un mafioso Larry David con bigote y peluquín, hasta un Salman Rushdie asombrosamente divertido que confiesa que, desde que sufrió la fetua, liga una barbaridad.
5) Ser incancelable a pesar de la absoluta, total y brutal incorrección política. El tercer misterio de Fátima.
6) Reírse del holocausto de todas las formas posibles, como poniéndose unos zapatos de un prisionero de un campo de concentración que encuentra en un museo o haciendo que un concursante de 'Survivor' intente demostrar a un superviviente del holocausto que él lo había pasado peor: «Yo no podía ir al gimnasio. Cuando se me desgastaron las zapatillas, iba en chanclas», le suelta.
7) Trolear a Donald Trump: este vio una escena en la que David se colocaba una gorra de 'Make America Great Again' y la retuiteó con un 'Chicos duros por Trump'. Lo que no sabía es que David, misántropo de la calva a los pies, la llevaba porque había comprobado que era un repelente perfecto de gente.
8) Tener amigos tan mezquinos como el mismísimo David. La diferencia es que él lo asume sin problemas.
9) Hacer chistes sobre sexo como un adolescente con las hormonas bullendo. Y si no los hace él, los hace Leon Black. Todavía mejor.
10) Disfrutar de tanto tiempo libre y de tanto dinero como para obsesionarse con minucias: llega a fastidiar al dueño de una cafetería que le ha servido un café frío abriendo otra cafetería justo al lado.
11) Decir lo que muchos piensan en voz alta, sin miedo a provocar un conflicto de consecuencias incalculables.
12) Contagiarle el covid a Bruce Springsteen.
13) Conseguir una sintonía capaz de convertir el mayor calvario en una comedia.
14) Escribir el mejor final para la serie: en el último capítulo, David es puesto ante sus crímenes y juzgados por ellos, como si hubiera muerto y se encontrara ante el juicio de ese Dios en el que no cree. Un final «pretty, pretty good» y un guiño fabuloso al criticado desenlace de 'Seinfeld'.
15) Respetar la madera. Siempre.
16) Lograr que un tipo ruin, egoísta y vengativo nos caiga bien y nos obligue a mirarnos a nosotros mismos mientras nos reímos con culpabilidad. Porque, en algún momento, todos hemos sido Larry David. Desafortunadamente, sin su talento.
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