Secciones
Servicios
Destacamos
'El caso Asunta' (Netflix) arranca con la recreación de una escena en la que Rosario Porto (Candela Peña) y Alfonso Basterra (Tristán Ulloa), la primera pareja de Galicia en adoptar una niña china, conceden una entrevista a la televisión gallega sentados en la terraza ... de una plaza empedrada de Santiago. «Ni el término obra de caridad, ni el término moda. Es decir, tú, para una obra de caridad te inscribes en una ONG y, el día que decides dejarlo, te das de baja y punto, pero esto no... sabes que es para toda la vida. Es lo mismo que una maternidad o una paternidad biológica», dice Rosario. La secuencia, sabiendo lo que sabemos, estremece. Y lo que sabemos es que estos padres acabaron asesinando a su hija.
Lo que no sabemos es el motivo por el que lo hacen, y la serie no da respuesta a esa pregunta medular. No puede. Lo que sí puede es convertir Galicia, a través de una luz gris y de unos colores poco saturados, en un escenario crudo, áspero, acorde al horror de lo sucedido. También puede inventar la intimidad entre Basterra y Porto ficcionando situaciones y diálogos para empastar la historia, fundir varios personajes en uno con el fin de sintetizarla y hacerla más dinámica, poner el foco en el acoso de los medios y las dificultades del trabajo judicial o subrayar la atrocidad cometida por Porto y Basterra mostrando un catálogo de distintas maternidades y paternidades: la deseada de la agente sometida a un tratamiento de fertilidad, la del compañero que ha de cuidar de su nieta junto a su mujer, o la sobrevenida del juez Malvar, que tiene que ocuparse de un padre que comienza a dar signos de demencia.
El trabajo de Candela Peña en 'El caso Asunta' es más que relevante; efectivamente, cuando recordemos a Rosario Porto nos vendrá a la memoria el rostro de la actriz. A su altura, Tristán Ulloa (en un papel complicadísimo), Javier Gutiérrez, María León y Carlos Blanco y, en el último tramo de la serie, los impresionantes Francesc Orella y Alicia Borrachero toman el testigo y asumen el peso de la narración.
Pero ¿cómo abordar todas las aristas, todos los matices de un asunto tan complejo y delicado? 'El caso Asunta', además de hacerlo manejando dos líneas temporales, acomete el suceso de forma caleidoscópica, desde diferentes puntos de vista, para así poder completar el puzle con las piezas que siguen faltando, hasta el punto de llegar a ofrecer dos posibles teorías acerca de lo sucedido en el quinto capítulo. Pero, y aunque se ampare en el terreno de la subjetividad para hacerlo, no hay suficiente información para reconstruir el relato. Además, la intención de Ramón Campos, creador de la serie, de reflejar que «los seres humanos cometen errores horribles y crímenes horribles, pero son seres humanos, no son monstruos» hace que los asesinos acaben siendo, quizás, demasiado humanos: los encuadres que asfixian a Rosario Porto y que están atentos a cualquier mueca, a cualquier gesto que refleje su inestabilidad emocional, consiguen que acabemos sintiendo cierta compasión por ella. Y no hay que olvidar que, motivaciones supuestas y humanizaciones al margen, tanto Porto como Basterra fueron condenados a 18 años de cárcel por haber narcotizado y asfixiado a su hija. Dos monstruos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Los Reyes, en el estand de Cantabria en Fitur
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.