'La reina del pueblo' es una fiesta

Es lo que promete y consigue -al menos en sus tres primeros episodios- la nueva serie de Atresmedia (primero se exhibirá en Atresplayer, después en Flooxer), 'La reina del pueblo', que ha escrito y dirigido Raúl Navarro, creador también de las estupendas 'El vecino' o 'El fin de la comedia'. La trama parte de una idea del historietista valenciano Víctor Santos, que ha confesado que fue en un ambiente rural similar, en Toledo, donde se le ocurrió el proyecto. Tal vez sea por la falta de expectativas generadas alrededor de ella o porque su principal pretensión es divertir y estábamos deseosos de una comedia española de esta índole, pero lo cierto es que este trabajo va a ser una de las sorpresas de los meses estivales, ya verán. Qué falta nos hacía reírnos un ratito así de a gusto.

Y qué poca importancia se le dan a los que consiguen esta gesta. Y mira que es difícil. Es lo que lleva haciendo años 'La que se avecina' y compañía, y todavía deben justificarse como si lo suyo fuese un género menor o una obra sencilla de parir. Que hacer llorar es complicado, sí, y hacer reflexionar también. Pero hacer reír no lo es menos. Y más cuando se logra de un modo tan fresco y con un formato corto (apenas veinte minutos por episodio) de los que se estilan poco por estos lares.

Polvaredas de la Sierra no existe, pero podría ser cualquiera de esas aldeas perdidas que no llegan al centenar de habitantes de las que pueblan eso que han llamado la España Vacía, que cuando llega el verano se llenan de forasteros. Que son un microcosmos en los que se suceden todo tipo de aventuras aunque sus posibilidades sean infinitamente menores que en cualquier gran ciudad. Con estos elementos ha jugado Navarro para organizar un concurso en el que se premia a la chica más popular de la zona, una operación que permite a los protagonistas salir de su aburrida rutina y al creador de la serie hacer un retrato fidedigno de distintos perfiles de nuestra sociedad.

El principal valor de esta ficción está en su joven reparto (en el casting sobresale el novel Omar Banana, que borda los papeles que le ponen por delante) que representa una suerte de personajes estereotipados, que, sin embargo, saben reírse de esos clichés y reinterpretarlos. Y así se suceden la joven que aspira a convertirse en reina porque es lo más especial que le puede ocurrir a varios kilómetros a la redonda, la amiga escudera que busca una causa cualquiera para hacer activismo social, el amigo amanerado que se burla de cualquier burla y no tiene complejos a la hora de mostrarse tal cual es, o la influencer venida a menos después de que casi deja calva a media España en un mal consejo viral. En el fondo lo que 'La reina del pueblo' pretende contar a través de ellos es lo mismo que otros títulos de temática juvenil en apariencia mayores, como 'Euphoria' o 'We are who we are', la necesidad que tenemos todos a una determinada edad de buscar nuestra propia identidad más allá de los que nos rodean o del lugar en el que nos ha tocado criarnos.

Pero en este caso todo esto se sirve con un humor cargado de mala leche, ironía y trazos grotescos, una combinación que funciona de maravilla en 'La reina del pueblo', que bebe de Berlanga, de Colomo, o de Sánchez Arévalo. Para dar la réplica a los adolescentes la serie cuenta con una generosa Melanie Olivares, como una ex Miss España en época de vacas flacas, y con un efectivo Roberto Álamo, como alcalde vuestro que es.

El resultado final es una acertada comedia, que derrocha color y buen rollo. Y en la que como en cualquier verbena no falta la buena música, en este caso con temazos en el repertorio de Soleá Morente, Ladilla Rusa o Nathy Peluso. Esta fiesta empieza bien. A ver si no se tuerce.

'La reina del pueblo' está disponible en Atresplayer y luego llegará a Flooxer.