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David Nutter repite de forma consecutiva al frente de un capítulo de 'Juego de tronos', otro preparatorio de la primera de las grandes batallas. Minutos de reencuentros, romance, sexo y augurios de traiciones y puñaladas. Un episodio cuyo nombre ya es una declaración de intenciones ... en sí misma 'La reina legítima'.
Este segundo capítulo de la octava temporada arranca con un esperado encuentro: Daenerys Targaryen cara a cara con el asesino de su padre, Jaime Lannister. El alegato de este se centra en detallar los planes de su hermana, Cersei y la falta de intención que tiene la actual ocupante del Trono de Hierro de acudir al Norte. Eso sí, y buscando el favor de la reina de Dragones, añade: «Prometí luchar por los vivos y voy a cumplir la promesa, esto trasciende la lealtad, es cuestión de supervivencia».
De entre el público sale un aval inesperado que asegura responder por él, Brienne de Tarth. Una escena que concluye con miradas y aquí y allá pero sobretodo un cruce de reproches, ya en un apartado, entre Daenerys y su mano, Tyrion. A propósito de 'manos de la reina', Jorah reconoce cómo sintió como una puñalada la elección en su momento de Tyrion Lannister pero, en un ejercicio de honestidad, le pide que lo mantenga en el puesto.
Pero para reproches, los de Daenerys Targaryen y Sansa Stark. ¡Por fin su cara a cara! No se llevan ni se llevarán bien, eso está claro. «Ambas tenemos en común gobernar a personas que no están dispuestos a asumir el mando de un mujer, y aún así no hacemos buenas migas», dice Daenerys en un intento de ganarse el favor de su interlocutora. La confesión más relevante es en la que le dice que ella ha trabajado toda la vida para sentarse en el Trono de hierro pero que ha venido al Norte porque ama a Jon Nieve. ¿Y qué hay de lo mío?, le viene a replicar Sansa porque «no nos postraremos ante nadie». La escena queda en pausa con el abrazo del recién llegado Theon y Lady Sansa. El primero de los romances que está por venir.
Los hermanos Jaime y Tyrion se reúnen y ahora, de nuevo, en el mismo bando. Tyrion hace una defensa cerrada de la reina de Dragones y pregunta a su hermano sobre la veracidad del hijo que espera Cersei. Jaime le confirma la noticia. «Nunca te engañó, siempre supiste bien lo que era y la amabas igualmente», le espeta Tyrion. Pero la escena cuya continuidad quedó en el aire fue aquella con la que concluyó el primer episodio, Bran y Jaime, el culpable del devenir del joven. «¿Cómo podéis saber que habrá un después?», le pregunta Bran.
Y a vueltas con la fabricación de armas, Arya retoma su tonteo con Gendry durante el proceso de fabricación del arma que le ha encargado. Este le recuerda que es el bastardo de Robert Baratheon. Un tonteo que acaba en sexo. Y es que no queda tanto tiempo para la llegada de la muerte, no puede desperdiciarse.
Otros que no han culminado son Jaime y Brienne. ¡Cuánta química entre ambos! Aunque esta, investida caballero al final del episodio, tiene acumulación de pretendientes. Tormund Matagigantes llega y se suma a la lista. De una forma mucho más evidente, por cierto.
Bran Stark reconoce que el Rey de la Noche irá a por él porque «quiere una noche sin final» y que su papel de Cuervo de los Tres Ojos es el principal obstáculo. Por ello, y a modo estrategia se ofrece como cebo para que le localice. Lo curioso viene después, cuando un grupo se reúne y coinciden en que : «Casi todos los que estamos aquí combatimos a los Stark en algún momento y aquí estamos juntos defendiendo su Castillo».
Un camino lleno de amor, pasión y preparativos para la batalla porque quien sabe quien saldrá vivo de ella. El capítulo cierra con la confesión más esperada, la de Jon Nieve a Daenerys Targaryen diciéndole quien es realmente. «Mi nombre, el auténtico, es Aegon Targaryan». «Es imposible», responde ella atónita. Y prosigue: «De ser cierto, serías el último heredero varón de la Casa Targaryan y tendrías derecho al trono de Hierro», concluye. Crisis.
Llegan los Caminantes Blancos.
8x01
Si algo deja claro el primer capítulo de la octava temporada de 'Juego de tronos' es que la serie está bastante encarrilada hacia el final. Ya han tenido lugar los reencuentros -en Invernalia- y las revelaciones que seguían pendientes; ahora únicamente queda que cada personaje juegue sus cartas. Las más de cinco horas que quedan de metraje antes de echar el telón parecen más que suficientes. El episodio titulado 'Winterfell' (8x01) está escrito por el propio George R.R. Martin junto a Dave Hill y dirigido por David Nutter, el mismo que 'La lluvia de Castamere' (3x09) o 'Danza de dragones' (5x09), entre otros.
La primera novedad llega en la misma cabecera, ya actualizada con el Muro caído y, curiosamente, concluyendo en un plano del Trono de Hierro vacío aunque con el escudo de los Lannister. Los Caminantes Blancos son los únicos ausentes en este esperado regreso de 'Juego de tronos'.
Aquí se desarrollan la mayoría de las escenas del episodio protagonizadas por los miembros de la familia Stark reencontrándose con personajes de su pasado.
Jon Snow vuelve a su reino y lo hace acompañado de la reina Daenerys -a la que ha jurado fidelidad-, los dotrakis, dragones, Tyrion Lannister, y demás comitiva. Desde el primer momento, los cruces de miradas entre Sansa Stark y la Madre de Dragones permiten aventurar que no se llevarán bien. Ninguna reconoce la autoridad en la otra y la recién nombrada Señora de Invernalia no comprende por qué Jon Snow ha hincado la rodilla ante ella, sometiendo los dominios a su autoridad. Ni le gusta a ella ni al resto de Casas como demuestra la Asamblea convocada a a tal efecto. La voz opositoria está encabeza por Lady Mormont, la misma que apostó por Jon Snow cuando nadie se atrevia a hacerlo. «¿Por qué te has ido como rey y vuelves como Lord?», le espeta. La réplica corre a cargo de Tyrion Lannister, con escaso efecto al anunciar que los Lannister -enemigos declarados- vendrán al norte para luchar conjuntamente contra los Caminantes Blancos.
Superados los discursos, dimes y diretes, estos son los reencuentros, eje central del episodio:
- Sansa Stark y Tyrion Lannister. Los otrora marido y mujer se ven las caras de nuevo. Y es él quien le dedica un elogioso: «Muchos os subestimaron, la mayoría ya están muertos». Ella, muestra de la nueva estratega de guerra en la que se ha convertido, le dice que desconfía en que los Lannister acudan para luchar junto a ellos. Dicho de otra forma, Sansa es la única que ha sabiado ver, o al menos verbalizar, la jugada de Cersei Lannister.
- Arya Stark y Jon Snow. Él se fija en que conserva la espada y Arya le lanza un «nunca lo olvides» cuando su 'hermano' le dice eso de «yo también soy tu familia».
- Arya Stark y el Perro que se lanzan reproches mutuos.También hubo tiempo para unas miradas de complicidad entre Arya y Gendry, aunque lo relevante es el arma que ella le pide. ¿Cuál es?
- Jon Snow y Bran Stark, aunque esta escena se ventila con un abrazo.
Jaime Lannister y Bran Stark. Un reencuentro desde que en el principio, hace ochos temporadas ya, el primero empujase desde la torre al pequeño de la familia y sea culpable de que no pueda caminar..
Jorah con Samwell Tarly, el mismo que consiguió su cura a partir de los libros de la Ciudadela. Él acude al encuentro con Daenerys quien, tras una una introducción amistosa, le recuerda que su padre no hincó la rodilla ante ella. Y aprovecha la ocasión, como el que no quiere la cosa, para confirmar que les ejecutó por esto mismo.
Y antes de pasar al capítulo de revelaciones, no hay buena historia sin un cuento de amor de fondo y el romance de Jon y Daenerys sigue avanzando. Esta vez se montan en los dragones para llegar a un paraje idílico donde mantener su ¿segunda cita?. Ella aprovecha la oportunidad para meter cizaña con Sansa Stark, él para subirse a un dragón, tal y como parecia presdestinado. Convencido él, más tarde le dirá a su hermana: «Será una buena reina, ella no es su padre».
Lo importante llega al final: Samwell Tarly le revela a Jon Snow quien es, quienes eran sus padres y por qué el Trono de Hierro es para él. Le cuenta cómo puedo leer en el diario del septón que su madre era Lyanna Stark, su padre Rhaegar Targaryen y cómo Ned Stark no le dijo nada porque prometió protegerle. Dicho de otra forma, que él es Aegon Targaryen, quien debe gobernar (y no Daenerys, claro). Porque esto, parece claro, será el auténtico lío de la octava temporada y no las batallas por muy espectaculares y efectistas que puedan resultar.
Lo más relevante en el 10% del metraje que no está dedicado a Invernalia no supone avances importantes salvo la liberacion de Yara Greyjoy gracias a su recién envalentonado hermano, Theon. Ella se propone volver a las Islas del Hierro y le recomienda a su hermano que vuelva junto a la Casa Stark para luchar en defensa del Norte. «Lo que está muerto no puede morir pero tu mata a los cabrones igualmente», le dice, en referencia a los Caminantes Blancos.
Cersei Lannister y Euron Greyjoy siguen desconfiando mutuamente aunque se necesiten. Él ha conseguido 20.000 hombres de la Compañía Dorada aunque sin los elefantes prometidos. Ella, desde el Trono de hierro le espeta: «Si quereis una furcia, compradla. si queréis una reina, ganadla».
Por su parte, la mano de la reina le entrega un arco a Bron para que acuda a matar a los hermanos de Cersei.
Con el muro derruido, se confirma la supervivencia de tres personajes secundarios en la trama. Tormund, Beric Dondarrion y Edd descumbren alarmados cómo los integrantes de la Casa Umber han sido asesinados, y el cuerpo Ned Umber convertido en espectro.
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