¿Por qué se está hablando tan poco de 'Perdida'?

Estas circunstancias no deberían impedirnos ver el bosque. 'Perdida' se reivindica como un adictivo thriller que conjuga con eficacia varias tramas y sabe hacer buen uso de elementos propios del género para que el interés no decaiga en ningún momento. Todo eso sorteando caer en clichés propios de las tramas carcelarias, un intento harto complicado teniendo en cuenta la cantidad de títulos que se desarrollan en este escenario. Es cierto que en España ha sido un argumento poco explotado, más allá de la fallida 'La Fuga' y de la muy relevente 'Vis a vis'. Lo de 'Perdida' se parece más a las argentinas 'Tumberos' y 'El marginal'. Con esta última comparte el punto de origen de alguien que comete un delito con el fin de entrar en prisión con un objetivo que solo puede conseguir desde dentro. Esto ya lo había hecho -y muy bien- 'Prison Break', que volvió a poner de moda en 2005 las historias localizadas en instituciones penitenciarias.

'Perdida' está planteada como un gran puzle en el que las piezas pretenden ir encajando poco a poco. De momento, eso sí, faltan unas cuantas por aparecer (mañana se emite el capítulo cuarto de los once previstos) para que el tablero se complete correctamente. En esta composición reside el verdadero acierto de la serie, en la capacidad con la que los guionistas consiguen cohesionar situaciones y personajes que se desarrollan en diferentes espacios temporales y geográficos.

La producción arranca con la desaparición de una niña de cinco años en una playa de València. Si la trama se narrase de un modo cronológico, tras el triste acontecimiento conoceríamos las pesquisas seguidas por la Policía para dar con ella, a medida que avanzasen los episodios nos irían desvelando cómo se enfrentan los padres a la pérdida de un ser querido, para terminar revelándonos quién está detrás del suceso. Pero no. Aquí el orden varía. De hecho ya sabemos que la pareja se rompió tras la tragedia, a dónde fue a parar la muchacha y quién es el culpable del rapto. Aunque todo es susceptible de ir cambiando, teniendo en cuenta que nos han mostrado la baraja con la mitad de las cartas cubiertas. Nos falta por conocer el modo en que se desarrollaron los hechos y las motivaciones. A estas incógnitas se une el periplo iniciado por el padre de la niña, infiltrado en una cárcel de Bogotá para enfrentarse al secuestrador de su hija. Y de su mano nos han presentado a otro de los personajes protagonistas, Angelita, la abogada que trata de ayudarlo creyendo en su inocencia y que sirve a la serie para mostrar el grado de corrupción de la justicia colombiana.

A esta nueva ficción de Atresmedia Televisión en colaboración con Big Bang Media le beneficia mucho la duración de sus entregas. En 45 minutos no hay necesidad de colocar ninguna escena de relleno ni de recurrir a personajes que hagan bulto, lo cual agiliza el guion creado con tino por Natxo López, a partir de la historia original de Ruth García y David Oliva. Pero además le ha venido bien la confianza que hay en el producto y eso se nota por las escasas concesiones que se perciben en el argumento, algo que se atisba en muchos productos que tratan de contentar a públicos muy diversos. A la lista de aciertos debemos unir la ajustada elección de un reparto que encabeza con solvencia Daniel Grao y en el que figuran interpretes procedentes de España, Colombia, México o Cuba como Ana María Orozco, Carolina Lapausa o Melani Olivares.

Vamos a ver a dónde nos lleva este título, que de seguir así debería ir al mismo cajón de éxitos donde reposan otros muy buenos thrillers firmados en España en los últimos meses como la multipremiada 'Hierro' o la estimulante 'Malaka'.