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Es lógico que las series gremiales interesen a los profesionales reales que ejercen esa labor, aunque sea por la curiosidad del retrato o para poder criticarlas después. La mayoría de médicos se han acercado a 'Hospital Central' alguna vez. Los policías vieron 'Antidisturbios' el año ... pasado (y no salieron muy contentos). Y los periodistas aún recordamos la ficción de José Coronado. En España se han abordado desde el audiovisual muchas ocupaciones pero ha sido poco usual que se haga con la de los políticos. Razón de más para que estos corriesen a conocer la caricatura que de ellos se realiza en 'Vota Juan', producción creada por Diego San José e interpretada por Javier Cámara, que después se alargó con otra temporada llamada 'Vamos Juan' y ahora con una nueva, 'Venga Juan', que se estrena hoy en HBO Max.
Sin embargo para la elaboración de este reportaje nos costó encontrar a algún representante de las instituciones que la haya visto (o que se atreva a reconocerlo). Y eso que tocamos a todas las puertas, a izquierda y a derecha. «Es seriéfila, pero esa no la ha seguido», «Me han dicho que está bien pero no he tenido tiempo» son algunas de las respuestas que nos dieron cuando les preguntamos por su opinión, por si se sienten representados en lo que ven, por si reconocen los tejemanejes que suceden. Hasta que damos con uno que sí conoce a Juan Carrasco y ha seguido sus pasos.
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«Verla me hace sentir vergüenza de mí mismo, de lo que hago, de lo que podría hacer», confiesa Esteban González Pons, eurodiputado y vicepresidente del Grupo Popular Europeo, que reconoce que disfrutó viéndola -más la primera tanda de capítulos que la segunda- «porque parece escrita por un político». «Es una parodia, yo digo que es como 'Crematorio' pero de broma, pero se nota que los guionistas conocen de lo que hablan, se han asesorado bien. Estamos acostumbrados a ver series en las que los autores se imaginan cómo es la política o sueñan con cómo debería ser, pero no cuentan realmente lo que hay de verdad», añade.
'Vota Juan' se estrenó en 2019 en TNT sin hacer demasiado ruido, pese a lo divertida que resultó. Contaba cómo un ministro de Agricultura se atrevía a plantar cara a su partido y decidía presentarse a las primarias para optar a la presidencia del Gobierno. El protagonista es un mediocre de manual, que ha conseguido ocupar cargos por su falta de escrúpulos y porque a un sector poderoso le ha convenido tener entre sus filas a alguien presuntamente manejable. Aunque luego se les vuelve en su contra. En 2020 se presentó 'Vamos Juan', en el que el personaje principal se enfrentaba a crear un partido desde cero después de no haber terminado demasiado bien en el suyo (nada que no haya pasado en los últimos años en nuestro país). El humor del relato cambiaba. Juan Carrasco se convertía en alguien todavía más patético y había momentos en que incluso incomodaba mirarlo por la vergüenza ajena que provocaba. A la tercera parte, 'Venga Juan', llega con más pelo -el injerto de cabello en Turquía que nos contaron en la segunda temporada funcionó-, con un chaletazo y con un puesto en una eléctrica al que ha llegado sin conocimiento alguno. Pero la corrupción practicada en el pasado le va a pasar factura y va a ser la oportunidad para que el espectador compruebe que todavía puede ser más mezquino.
«Lo que más me interesó fue el modo en que recrea el gabinete que rodea al político, es muy real. Lo disfruté porque he tenido gente como ellos cerca, como esa jefa de prensa juiciosa que trata todo el rato de que no meta más la pata, que es la única que se atreve a decirle la verdad, que le quiere de verdad. También he conocido a unos cuantos trepas, como el joven asesor, son esos que dan codazos para estar a tu lado, pero que, en cuanto pierdes poder, dejan de hablarte», comenta González Pons, que también reconoce en la serie la autoridad que ejerce Moncloa. «No he sido ministro, pero lo he comprobado de cerca». Más forzada le parece la relación con el partido. «Eso es más exagerado».
La responsable de prensa a la que hace referencia es María Pujalte y el niñato, Adam Jezierski. Los dos repiten en los capítulos que desde hoy pueden seguirse en HBO Max. De nuevo ambos se van a ver arrastrados, sin quererlo, a los infiernos a los que está condenado Juan, que consciente de que su final (político) se aproxima no tiene inconveniente en llevarse por delante a nadie. Lo hace porque es ruin, pero también porque es cobarde y no sabe estar solo en ninguna parte. En el mismo saco de damnificados se hallan su mujer y su hija, en Logroño, que nunca consiguen quitárselo de en medio. Esty Quesada y Yaël Belicha retoman en esos papeles, como los anteriores.
«A la gente le gusta cerciorarse de que los políticos son personas, que cometen errores como ellos, que sufren ansiedad, que tienen una vida privada que se resiente por su actividad». Se incorpora a la conversación Manuel Rodríguez, politólogo, consultor político y de innovación social en Cámara Cívica. «Juan Carrasco humaniza al político, lo acerca al público, al ver que se acompleja por quedarse calvo o que no se lleva bien con su hija», indica este profesional al que le ha tocado transitar en «las bambalinas» que muestra la serie. «El trabajo en un gabinete consiste en resolver el día a día del político y eso en ocasiones deja poco espacio a la estrategia, por lo que en ocasiones las decisiones son más aleatorias de lo aconsejable», añade.
«En España hemos tenido ejemplos de líderes políticos que han sobredimensionado sus posibilidades, cuyo ego se impuso a la razón. La serie perpetúa la idea de que muchos políticos buscan sobre todo sus propios intereses y es verdad en algunos casos, aunque hay de todo en realidad, pero los que más llaman la atención son estos», asegura Rodríguez.
«Tenemos que reírnos de nosotros mismos, la crítica es sanísima. En el Parlamento Europeo se comenta mucho el caso de 'Parlament', una producción divertidísima que se desarrolla aquí», recomienda González Pons. «Hay más verdad en estas comedias que en algunos dramas como la francesa 'Baron Noir', que es buenísima, pero que no es creíble, nadie como el protagonista, con esos antecedentes, puede llegar a un puesto de poder», explica. También recuerda 'Yes, minister', sitcom británica de los años 80 de la que han bebido muchas otras después, como la saga de Juan Carrasco.
«Los daneses tienen Borgen, nosotros 'Vota Juan' y debemos consumirla con igual devoción». ¿Funcionaría igual si la trama se volcase en la gestión de un alcalde o de un ministro? «No, claro, interesa la conspiración, el discurso sorprendente, la corrupción», reconoce el eurodiputado.
'Venga Juan' se estrena ya bendecida por las nominaciones que ha recibido para los premios Feroz, que se resolverán en enero y a los que votan los periodistas especializados en cine y televisión. Es candidata en cuatro categorías (comedia, actores protagonista y de reparto y actriz) y muestra a todos los personajes desesperados, asomados a un abismo, al que han sido condenados después de años de malas actuaciones y de mirar hacia otro lado. Diego Soto y Pilar Palomero se han incorporado a las labores de guion. Y lo mismo que en la temporada anterior se destacó mucho el capítulo protagonizado por Anna Castillo, en esta seguro que da que hablar en el que acapara todas las miradas Manolo Solo, como empresario corrupto. Para verlo faltan algunas semanas, eso sí.
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