'Para toda la humanidad', una carrera espacial alternativa fallida
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Ronald D. Moore, responsable de 'Battlestar Galactica', aborda una ficción en la que los soviéticos llegan primero a la LunaSecciones
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Primera temporada ·
Ronald D. Moore, responsable de 'Battlestar Galactica', aborda una ficción en la que los soviéticos llegan primero a la LunaEs innegable que un punto de partida como el que plantea 'Para toda la humanidad', la nueva serie de Ronald D. Moore, es lo suficientemente atractivo y sugerente para que el espectador se acerque al producto lleno de curiosidad. Al igual que ... hace 'The Man in the High Castle', la ficción que el responsable de 'Battlestar Galactica' ha desarrollado para Apple TV+ lanza una pregunta: ¿Qué pasaría si los soviéticos hubieran llegado antes que los estadounidenses a la Luna? Y la respuesta que da, a juzgar por los tres episodios que, de momento, se han subido a la flamante plataforma, es fallida.
El serial comienza cuando los informativos de todo el mundo dan la noticia de que los soviéticos han llegado al satélite. El hito pone las cosas difíciles a una agencia espacial estadounidense que parece incapaz de adelantarse a los rusos. El presidente Nixon no entiende que, a escaso metros de la meta, los soviéticos hayan ganado y desde el Gobierno comienzan a pedirse explicaciones. Sin embargo, los americanos, lejos de darse por vencidos, siguen trabajando para llevar a Michael Collins, Buzz Aldrin y Neil Armstrong a la Luna.
En este sentido, la serie acude a elementos históricos para reforzar la verosimilitud de la ficción. Imágenes de archivo de Kennedy, Nixon e incluso del Saturno V, el cohete que llevo realmente al hombre al astro, se suceden en una ficción que deja un espacio importante a los personajes históricos. Ahí están, por ejemplo, Wernher von Braun, el ingeniero mecánico y aeroespacial alemán que logró dar la vuelta a la carrera con la fabricación del potente cohete, encarnado por Colm Feore; el instructor de astronautas Deke Slayton, al que da vida el siempre correcto Chris Bauer, o Gene Kranz, quien fuera por aquel entonces el director de Vuelo del Proyecto Gemini y el Proyecto Apolo, al que pone su rostro Eric Ladin. E incluso se permiten hacer algo de humor con elementos como la placa que viajó en las patas del módulo lunar y que, dado que los estadounidenses no han llegado primero, deciden eliminar. «Total solo es más peso», dice uno de los ingenieros.
Son estos detalles los que marcan la diferencia para aquellos que conocen la realidad de la carrera espacial que enfrentó a EE UU y la URRS en los sesenta. Pero el también responsable de 'The Outlander' ha optado por crear personajes de ficción para ahondar en esa realidad alternativa que propone 'Para toda la humanidad'. Es el caso de Ed Baldwin (Joel Kinnaman) y Gordo Stevens (Michael Dorman), los tripulantes del módulo lunar 'Snoopy' del Apolo 10 que se acercó a nada menos que 13 kilómetros de la superficie lunar apenas unas semanas antes de que llegaran los rusos. El vuelo era un entrenamiento previo al del Apolo 11 que les permitiría alunizar. También es el caso de la joven ingeniera Margo Madisson (Wrenn Schmidt), una mujer más que preparada para formar parte del control de la misión en tierra pero que no acaba de encontrar su hueco por cuestión de género, o de Tracy Stevens (Sarah Jones), la esposa de Gordo, cuyo papel, como el del resto de esposas de astronautas, se reduce al de una mujer florero que debe hacer la vista gorda a cualquier tejemaneje de su esposo.
Y es aquí donde reside uno de los mayores problemas de una serie que, al menos en sus primeros capítulos, no parece contar con unos protagonistas y un argumento claros y parce ir dando tumbos de un lado a otro. Si en los primeros compases las tramas se centran en la filtración a la prensa de algunas de las opiniones de los astronautas sobre el devenir de la NASA, la historia continúa después con la accidentada llegada de los estadounidenses a la Luna, la investigación a manos del Gobierno del nuevo adelantamiento sufrido a manos de la Unión Soviética y la intención, una vez más, de superar a los rusos para «salvar a la humanidad del marxismo-leninismo» que quieren imponer en todo el planeta. Por si fuera poco, el punto de vista nunca parece posarse sobre los soviéticos en lo que es una oportunidad perdida.
El giro final del segundo capítulo, que aborda de nuevo la cuestión de género, proporciona, eso sí, una oportunidad enorme a los guionistas para confeccionar un tercero que se aleja del punto de partida. Pero hay algo que no acaba de funcionar. El tema es atractivo, llega en pleno aniversario del alunizaje real, las tramas también lo son, así que ¿qué falla? Da la sensación de que uno se encuentra ante una serie fría y cerebral, salvada únicamente por los personajes femeninos, con los que el espectador sí logra empatizar. Puede que la longitud de los capítulos, que se acercan a la hora, juegue en contra de una serie competente, casi siempre, en su puesta en escena -las imágenes de los astronautas en la Luna han quedado sencillamente horribles-. No ayuda tampoco contar sólo con tres de los capítulos, así que será necesario verla hasta el final para decidir si vale la pena o no. Pero no parece desde luego la serie que hubiésemos esperado del responsable de 'Battlestar Galactica'.
Los tres primeros capítulos de 'Para toda la humanidad' están disponibles en Apple TV+.
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