Crítica de 'Irma Vep': Oliver Assayas se adapta (muy bien) a sí mismo

Filmar con ella, reconoce Assayas, fue el principal motivo para llevar a cabo 'Irma Vep', película que rodaron juntos en 1996 y cuya premisa se recupera ahora en una serie homónima y dirigida por él mismo que se ha estrenado esta semana en HBO Max. En la plataforma también está disponible la cinta original, lo que supone una excelente oportunidad para poner una al lado de la otra y comprobar cuántas cosas han cambiado desde aquel proyecto del que ha pasado más de un cuarto de siglo.

Entre película y serie llegó la digitalización y se abandonó el celuloide, las plataformas han tomado el relevo a la sala de cine y los actores a veces pisan más el verde croma que las localizaciones reales. Oliver Assayas, que tuvo su debut televisivo con la miniserie 'Carlos' (2010), es un cineasta que siempre ha sentido debilidad por el lenguaje meta y si la original 'Irma Vep' ya era autorreferencial, en la serie incorpora todos estos cambios para ofrecernos su personal e irónica relectura del estado del cine. Vayamos por partes.

Si quisiéramos empezar por el inicio, tendríamos que retrotraernos a 1915, momento en el que se estrena 'Les Vampires', de Louis Feuillade, la verdadera génesis del personaje de Irma Vep. Allí se la presentaba como la novia de un criminal y ya queda definido por un rasgo interno (su personalidad seductora y ciertamente malvada) y uno externo (el traje negro y ajustado que la convertiría en una Catwoman del cine mudo). Lo que Assayas imagina en 1996 es que un director francés del cine independiente (su álter ego) quiere hacer un remake de 'Les Vampires' y contrata a una actriz extranjera para interpretar el papel.

Aquello era «cine dentro del cine» y lo que tenemos ahora es «cine dentro de la televisión», pero en una curiosa pirueta: la serie se debe a una película que, a su vez, homenajea el cine mudo pero que en su día nació como un serial. 'Les Vampires' fueron diez episodios estrenados a lo largo de ocho meses. La serie, en cambio, estará formada por ocho capítulos emitidos semanalmente. Los ritmos han cambiado.

El primer episodio de la nueva 'Irma Vep' confirma que Assayas continúa el juego infinito de adaptaciones y referentes, uno que hoy resulta más que pertinente cuando la creatividad de los estudios parece estar bajo mínimos entre tanto remake y secuela. La primera mujer que encarnó a Irma Vep fue Musidora, nombre artístico de Jeanne Roques. Como decíamos, le siguió Maggie Cheung, que en la película se interpretaba a sí misma, dotando al personaje de un subtexto documental y haciendo que la realidad se confundiera con la ficción.

Maggie era Maggie, una estrella del cine chino que llegaba a Europa para actuar en un idioma que no era el suyo, bajo unos códigos culturales que le resultaban ajenos y a merced de René Vidal, un director con ínfulas de artista. Al él le interpretaba Jean-Pierre Léaud, otro acierto de un casting que no dejaba puntada sin hilo porque, ¿qué otro actor mejor que él, máximo exponente del cine de autor francés, para reírse de ciertos delirios creativos?

Ahora, en 2022, la encargada de enfundarse el traje es Mira o, lo que es lo mismo, Alicia Vikander. Se ha renunciado a la identificación entre personaje y actriz, pero el origen sueco de Vikander y sus vínculos con Hollywood (fue Lara Croft en la nueva 'Tomb Raider') permiten que se siga conservando ese contexto de «pez fuera del agua» que guiaba la versión de 1996. La recibe Vincent Macaigne, actor frecuente de Assayas que retoma con gracia el genio disperso de René Vidal.

Mira aterriza en París después de promocionar una producción de superhéroes y, tal y como le confiesa a su ayudante, necesita «una buena película». El aspecto desgarbado y su forma de vestir dejan ver a una estrella muy preocupada por serlo y, por cierto, abiertamente gay. En la construcción de este personaje se puede intuir la influencia de Kristen Stewart, con la que Assayas ha trabajado en 'Viaje a Sils María' (2014) y 'Personal Shopper' (2016). Ella, que empezó en el cine siendo Bella en la saga de 'Crepúsculo', dio un giro a su carrera al colaborar con el director francés y abrir una veta más autoral en su filmografía (luego llegarían otros directores como Woody Allen, Kelly Reichardt o Pablo Larráin).

Aun así, estamos solo ante el primer episodio de una serie que adopta un ritmo más cinematográfico que televisivo, tomándose su tiempo para establecer cada subtrama. Queda por ver cómo circulan los influjos en esa descendencia Musidora - Maggie Cheung - Alicia Vikander. La película, obra todavía de la época analógica, terminaba anticipando las dificultades del cine independiente para sobrevivir y en eso sí que Assayas no se equivocó.