¿Por qué el mundo se ha vuelto loco con 'Tiger King'?

La estrella de la función es Joseph Schreibvogel, alias Joe Exotic, el dueño de un zoo en Oklahoma que actualmente cumple 22 años de condena por tráficar con especies protegidas y contratar a un sicario para asesinar a Carole Baskin, defensora de los derechos de los animales y propietaria asimismo de otra rentable reserva. Exotic es un 'redneck' con sentido del espectáculo. Gay polígamo, celebró una boda junto a sus dos maridos, un exadicto al crack sin dientes y un jovencito sin muchas luces. Sus empleados son exconvictos que se alimentan de la carne caducada que recogen en supermercados y que viven hacinados en caravanas entre ratas y cucarachas. Exotic ha llegado a poseer más de 200 tigres, con los que ha ganado una fortuna ya que la gente se mata por hacerse selfies con ellos para colgarlos en las redes sociales. También cuenta con su propio canal en YouTube, en el que protagoniza vídeos country en los que arremete contra Baskin.

Estrella de las redes sociales, Baskin tampoco es precisamente trigo limpio. Con 20 años conoció a un multimillonario 22 años mayor que ella que desapareció sin dejar rastro y le dejó toda su fortuna. Dispone de un ejército de voluntarias para trabajar en su zoo de Florida, a las que no paga ni un céntimo. Otro de los protagonistas de la serie es Bhagavan Doc Antle, dueño de otro lucrativo safari en Carolina del Sur el que convive con un harén de esposas y estatuas gigantes de Buda. Efectivamente: hablamos de sectas y no del Rioleón Safari Park de nuestra infancia. Tan tronados resultan los 'gurús' al frente de estos zoos como las decenas de personas que desfilan ante la cámara de los directores, Eric Goode y Rebecca Chaiklin, que sacan oro del material que tienen entre manos. «¿Cómo no vas a estar fascinado con una historia de poligamia, drogas, cultos, tigres y asesinatos potenciales?», se pregunta Goode, filántropo, fundador de una ONG para proteger a las tortugas y director de videoclips de Nine Inch Nails.

'Tiger King' se beneficia del ingente material de archivo proporcionado por sus protagonistas, que conservan los VHS de su bizarra existencia. La serie administra a la perfección la información sobre los personajes y mantiene el suspense hasta el final. Que en Estados Unidos existan más tigres en manos privadas que en su hábitat natural en Asia no es la única revelación de este grotesco y trágico retrato de la América 'white trash'. Sus protagonistas pueden parecer inofensivos y horteras friquis, pero manejan armas, mueven cantidades ingentes de dinero y se mueven como pez en el agua en los medios de comunicación y las redes sociales. Les acompañan productores de reality shows drogadictos, empresarios de locales de strip-tease metidos a confidentes del FBI, trabajadores que pierden un brazo arrancado por un tigre y regresan al trabajo a los cinco días y abogados que parecen salidos de una película de los Coen.

En pleno confinamiento, el mundo ha devorado 'Tiger King' hasta el punto de que el propio Donald Trump ha hablado de la serie en una de sus ruedas de prensa. El hijo mayor del presidente americano se ha pronunciado en redes sociales a favor de revisar la condena de Joe Exotic, así que un periodista le preguntó al respecto en su comparecencia por la crisis del coronavirus. Trump inquirió a los presentes en la sala por qué está en prisión, le contestaron que por tentativa de asesinato y al final farfulló una vaga promesa de que estudiará el caso. Mientras en Hollywood ya preparan ficciones sobre Exotic, que a sus 56 años puede vivir hasta el fin de sus días en prisión, Netflix estrenará este domingo 'Tiger King and I', un 'aftershow' con entrevistas a los protagonistas de la docuserie.