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Juan Mari Jáuregui murió asesinado de dos tiros en la nuca en el bar Frontón de Tolosa el 29 de julio de 2000. El exgobernador civil de Gipuzkoa, figura clave en la investigación del 'caso Lasa-Zabala', que desembocó en el encarcelamiento de su ... antecesor en el cargo Julen Elgorriaga y del general Enrique Rodríguez Galindo, no llevaba escolta pese a figurar en el objetivo de ETA desde 1995. Tenía 49 años y había abandonado Euskadi desde hacía cuatro, aunque volvía con regularidad a la casa familiar de Legorreta. Minutos antes de morir, llamó a su mujer, Maixabel Lasa, para preguntarle quién compraba los periódicos del día.
El recuerdo de Juan Mari Jáuregui y la labor de Lasa, exdirectora del Gobierno Vasco para la Atención de las Víctimas del Terrorismo, planea sobre las imágenes de 'Patria', al igual que la memoria de los cientos de asesinados por ETA. José Ramón Soroiz, el actor que encarna al Txato, cuenta que la razón principal para hacer la serie es la figura de Jáuregui, que era su cuñado «y mi amigo de la vida». Natural de Legorreta, Soroiz se confiesa en el libro de la serie editado por HBO: «He vivido muy de cerca toda esta historia», descubre. «Juan Mari Jáuregui era mi cuñado y mi amigo de la vida. Una de las razones para hacer esta serie era él, cuando pensaba en El Txato me venía Juan Mari a la cabeza. Todos hemos pasado por estas cosas en este país».
No hay ningún espectador vasco que no conozco a Soroiz, que a comienzos de los 90 ya era un rostro habitual de la televisión y el cine con series como 'Bi eta Bat' y películas como 'Vacas' y 'Maité'. Pocos actores tendrían la valentía de reconocer que no se presentan a castings porque «lo pasan mal». Cuando Aitor Gabilondo le llamó primero le dijo que no. Tiempo después, Elena Irureta le convenció contándole que todos los actores eran vascos. Soroiz quería hacer de Joxian, el personaje que interpreta Mikel Laskurain, porque se parecía más a él. «Tiene más rasgos de mi carácter, un tipo que se emociona por todo. Yo soy así», cuenta en el libro de la serie. Pero le tocó ser Txato, trabajador, buen tipo, con olfato para levantar una pequeña empresa y dar empleo en el mismo pueblo donde su nombre acaba en una diana cuando ETA le extorsione en nombre de la lucha armada.
Soroiz no tuvo que investigar demasiado para ser el marido de Bittori. «Por eso Aitor escogió un reparto de aquí, para no tener que explicarles nada», argumenta. «Nosotros hemos vivido así. ¿Hacer un personaje? Solo se trataba de ser tú mismo. Si ya llevamos dentro la historia… Hemos vivido sabiendo cuándo podíamos decir una cosa y cuándo no». El actor, que ha participado en actos de homenaje al exgobernador civil de Gipuzkoa, rueda estos días una miniserie de la productora Baleuko para ETB sobre el 'caso Altsasu', en la que da vida al padre de uno de los jóvenes acusado de terrorismo tras una trifulca con dos guardias civiles fuera de servicio hace cuatro años. Sin embargo, sabe que El Txato es el papel de su vida en una serie que apuesta «por mirar hacia adelante». «Este pueblo necesita que se diga esto ha sido así, no podemos olvidar ni quedarnos en el odio. Necesitamos esa esperanza».
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